A un año del periodo presidencial, el país vive una de las mayores incertidumbres el camino hacia su desarrollo. Con escasez de medicamentos, infraestructura detenida, la educación en manos de sindicatos “charros” y la economía sin crecer, las excusas empiezan a sonar cada vez más a frases huecas y vacías: “Es culpa de Calderón, es culpa de Calderón, es culpa de Calderón… Es culpa del PRIAN, es culpa el PRIAN, es culpa del PRIAN…”
Durante años, el presidente López O. repitió hasta el cansancio que desde el 1er día de su gobierno, las cosas serían mejores, diferentes para terminar con la corrupción y llevar a México hacia el progreso a través de otro modelo económico; se le concedió el beneficio de la duda pero después de un año de gobierno, solo se ha logrado “ahorrar” mucho de los recursos económicos destinados a la distribución de medicamentos u ofrecer una mejor educación o para detonar la inversión pública, con todos estos recortes o “ahorros” no solo se ha logrado mejorar y fomentar lo anterior sino que se ha agravado su situación; el presidente lo sabe y entonces cambia de frase, ya no es excusa, ahora llama a la comprensión: “Téngame paciencia”.
Lo cierto es que no puede haber paciencia ante enfermos que urgen de medicamentos urgentes o que las instituciones de salud sean dignas, tampoco puede haber paciencia a personas que llevan años buscando empleo y la economía no se reactiva porque se le ocurrió al presidente que las cosas deben hacerse diferentes, sin un plan o un proyecto, solo así, diferentes; y no puede haber paciencia ante cada homicidio que se comete (de hombres y mujeres) y todo se quede en “se está investigando”. Él y nadie más repetía en cada discurso que los presidentes anteriores y que sus modelos económicos eran erróneos, que se había alimentado la corrupción y la opacidad y que la violencia no podía seguir la misma estrategia pero, ¿qué ha cambiado con su gobierno? ¡Nada! Solo detuvo todo para improvisar y seguir analizando cómo gobernar. Por si fuera poco y ante la sorpresa de muchos, las prioridades del Presidente parecen ser ot, ras, tener un control absoluto de las Instituciones independientes y autónomas como la Suprema Corte, el INE, la CNDH, entre otras.
Todo parece indicar que la paciencia es para tener el control de todo con una sola finalidad: decidir de manera clientelar quién tiene derecho a medicamentos y quién no, quién a becas y quién no, qué gobernante y qué ley se aprueba y cuáles no. Si para eso se debe tener paciencia, el presidente López O. lo está haciendo muy bien.
Columna de opinión propiedad de Tavo Corvera Twitter: @TavoCorvera
Fotografía vía Forbes
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