La Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) es un organismo autónomo del Estado Mexicano conformado por los Mandatarios de las 32 Entidades Federativas del país y su intensión es trabajar sobre una agenda común en pro del desarrollo nacional… ¡Chulada de intensión!
Entre sus miembros han estado los más célebres y destacados personajes de la vida política nacional, por ejemplo, Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto por el Estado de México; Mario Marín y Rafael Moreno Valle por Puebla; René Juárez y Ulises Ruíz por Guerrero; Tomás Yarrington y los Moreira por Tamaulipas; y cómo olvidar a la generación de nuevos jóvenes priistas que tanto presumió EPN, entonces candidato del PRI a la Presidencia de la República en 2012, como Beto Borge en Quintana-Roo, Javier Duarte en Veracruz, César Duarte en Chihuahua, Rodrigo Medina en Nuevo León, entre otros.
La CONAGO y el Presidente Electo
Llama la atención cómo durante la campaña Presidencial de 2018 los Gobernadores se convirtieron en moneda de cambio pasando fácilmente de un “color” a otro, por ejemplo, Silviano Aureoles del PRD apoyó abiertamente al PRI, Javier Corral del PAN primero manifestó apoyo público a Ricardo Anaya y luego dijo su mamá que siempre no, Manuel Velasco del Partido Verde apoyó al hoy Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador. Y los ex-presidentes no se quedan atrás: Salinas apoyando tras bambalinas al PAN, Fox apoyó abiertamente a Meade y Calderón de buenas a primeras se volvió independiente impulsando la campaña de Margarita Zavala, pero eso sí, mientras ella tuvo “pantalones” y se lanzó de lleno a la candidatura renunciando al PAN, su marido nunca se separó de las filas del blanquiazul. Les digo, todo un collage de colores e ideas.
Pasaron las elecciones y sucedió lo que ya sabemos, Andrés Manuel se alzó con poco más del 53% de los votos emitidos, MORENA ganó cinco gubernaturas, barrió en casi todos los Congresos Locales en disputa y fue que “casualmente” los Gobernadores cambiaron su modo de pensar sobre el Presidente Electo.
Primero se reunieron con AMLO como cortesía, pues la CONAGO nunca se había reunido con un Presidente sin ser al menos Electo. Este primer encuentro fue cordial, aunque se empezaban a dar los primeros roces, puesto que, por ejemplo, se notó como Yunes Linares asistió más a fuerzas que de ganas y El Bronco simplemente no fue e incluso amenazó con separar a Nuevo León del pacto federal si Andrés Manuel seguía optando por enviar a sus coordinadores federales a los Estados. En aquella ocasión todos, incluidos los electos que aún no estaban presentes, se cuadraron ante al ganador de los comicios excepto Rodríguez Calderón y el Gobernador Electo de Jalisco Enrique Alfaro.
Luego, en una segunda reunión y ya con un AMLO como Presidente Electo, los Gobernadores dijeron que sí trabajarían alineados con el nuevo gobierno y, pese a que los mandatarios emanados del PRI llevaron una carta que expusieron a todos los presentes donde se inconformaban por una serie de decisiones que dejaban algunas dudas, nada pasó a mayores. En esta segunda reunión asistieron también los mandatarios electos, se vio a un Enrique Alfaro bien cuadradito y a un Jaime Rodríguez Calderón hasta sonriente, sin embargo, la única que brilló por su ausencia fue Martha Erika Alonso, Gobernadora Electa de Puebla, cuyo triunfo está bajo investigación por un muy posible caso de fraude electoral respaldado por su esposo, ex-gobernador, candidato a la presidencia nacional del PAN y hoy miembro de la mesa directiva del Senado de la República Rafael Moreno Valle. Todo sigue en aparente orden.
¿Rebeldes o tiranos?
Paralelamente durante este período de transición, algunos Gobernadores han tenido éxito en conseguir concesiones a través de sus Congresos Locales antes de que cambien las legislaturas y lleguen los morenistas a dichas curules. Algunos de ellos son:
Claudia Pavlovich, Gobernadora de Sonora, que hizo realidad su Ley de Veto a las decisiones del Congreso Local, es decir, que si la mandataria no está de acuerdo con lo que sus diputados locales decidan puede simplemente vetar todo aquello que se apruebe, así, porque no le gusta y la ley se lo permite.
Omar Fayad, Gobernador de Hidalgo, el más descarado, literalmente se apropió del Congreso Local, pues consiguió que la actual legislatura de mayoría priista aprobara modificaciones a la ley orgánica del congreso estatal: se necesitará mayoría calificada para TODAS las aprobaciones que quieran realizar los diputados (eliminando la mayoría simple, 50% de los diputados presentes, más uno, para aprobación de algunas iniciativas de ley), las fracciones se miden en proporciones iguales por partido y no por diputados electos (ningún partido tendrá más relevancia que otro por su número de diputados electos) y se le da al Ejecutivo Estatal el poder de contratar y autorizar deuda pública (actualmente esa cifra tiene un techo de $5,000 mdp. adicionales a la deuda actual de la Entidad).
Alfredo del Mazo, Gobernador del Estado de México, tendrá la facultad de contratar y autorizar deuda pública como lo hiciera Omar Fayad en el Estado de Hidalgo hasta por $5,000 mdp., además de reformar la Ley de Seguridad Pública de la Entidad, así como refinanciar la actual deuda que asciende a $40,000 mdp.
Lo cierto
Lo cierto es que el camino lo tienen más complicado de lo que pretenden aparentar que es, puesto que el Presidente de la República también tiene ciertas facultades que la Constitución le concede, según el Artículo 89°, fracción VI, cuando se comprueba que la seguridad nacional (lo que incluye a los Estados) esta en riesgo y no se puede hacer frente a los problemas; se tienen dos precedentes:
El primero, el entonces Secretario de Seguridad Pública del D.F. Marcelo Ebrard fue destituido por el Presidente Vicente Fox después del linchamiento y quema de dos policías federales en la Delegación Tlahuac por, presuntamente, ser señalados como secuestradores de niños. Independientemente del hecho de que esta decisión se tomó en medio del caso de desafuero del Jefe de Gobierno de la CDMX y hoy Presidente Electo con la finalidad de dejarlo mal parado, puesto que no se hicieron investigaciones suficientes para comprobar los hechos conforme a Derecho, lo cierto es que el Presidente de la República hizo uso de esta facultad y actuó en consecuencia.
El segundo caso, más reciente, es el del envío de Alfredo Castillo como comisionado de seguridad al Estado de Michoacán designado por el propio Presidente Enrique Peña Nieto para, según él, reestablecer el orden en la Entidad. El designado presidencial, lo único que logró fue poner a las autodefensas en conflicto interno, detuvo y encarceló al Dr. José Manuel Mireles y dejó el Estado más revuelto de como lo encontró. De la misma forma, independientemente de los resultados, lo cierto es que el Ejecutivo Federal apeló a esta facultad constitucional y actuó en consecuencia.
¿Son casos de autoritarismo? la verdad es que hay una línea muy delgada entre la toma del poder Estatal de forma temporal por la Federación y una actitud autoritaria, puesto que no hay un criterio muy claro sobre este tipo de decisiones y la prueba está en que en ambos casos la intervención terminó teniendo más tintes políticos que de justicia y los Gobernadores deberían considerar que, en su momento, AMLO podría hacer uso de este recurso si así lo considerara conveniente y no lo podrían tachar de autoritario, puesto que existen precedentes y la Constitución se lo permite.
Por tal motivo, antes de seguir incurriendo en actos de auténtico autoritarismo y pisoteo de los Poderes de la Unión al interior de los Estados, deberían pensar dos veces antes de tomar esta actitud y estudiar muy bien la ley vigente al respecto, ya que podrían estarse cometiendo, directa o indirectamente, actos de corrupción, lo que en el próximo sexenio se convertirá en delito grave y para no ser juzgados solo los separa, el fuero y el tiempo y, por lo que se ve, ambos serán pasajeros, pues el nuevo gobierno cuenta con las herramientas necesarias para realizar cambios constitucionales y el Presidente de la República tiene la facultad de intervención en casos especialmente delicados.
De aquí que el papel de la CONAGO para con el Presidente Electo López Obrador se un tanto nebuloso y aún poco claro.
