El fiscal general de Oaxaca, Arturo Peimbert, renunció a su cargo sin resolver el caso de María Elena Ríos, saxofonista víctima de un ataque con ácido que desfiguró su rostro y puso en riesgo su vida en septiembre de 2019.
El ahora exfuncionario rechazó que su renuncia obedezca a presiones políticas, afirmando que la entidad vive una nueva realidad política y que tanto el gobernador morenista Salomón Jara como la actual legislatura deben crear un proceso de selección que dé certidumbre a la ciudadanía.
Ante la noticia, Ríos Ortiz reprochó que, durante su encargo, Peimbert Calvo evitó capturar a José Antonio Vera Hernández, último de los sospechosos en el ataque que sigue prófugo de la justicia, de la misma forma que su antecesor, Rubén Vasconcelos. Finalmente, deseó que la o el futuro titular de la FGE sí aprehenda al agresor.
La vida de Elena Ríos cambió drásticamente el 9 de septiembre de 2019, cuando dos sujetos arrojaron ácido sobre ella mientras esperaba una presunta reunión en una agencia de viajes en su natal Huajuapan de León.
Posteriormente trascendió que el autor intelectual del ataque fue Juan Antonio Vera Carrizal, exdiputado local del PRI, quien buscaba sostener una relación sentimental con la víctima. Este personaje es padre de Vera Hernández, único participante que aún no enfrenta la acción de la justicia.
Sin embargo, la inacción de la Fiscalía no es la única irregularidad en el caso, ya que la artista también señaló que el juez encargado de la causa es hijo de una magistrada del Tribunal Superior de Justicia del estado, quien colabora constantemente con la titular de la defensa de Vera Carrizal.
Con información de Animal Político.
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