Las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron a una multitud de ciudadanos palestinos originarios de la Franja de Gaza que esperaban recibir ayuda humanitaria, causando la muerte de al menos un centenar de personas.
El incidente ocurrió en la ciudad de Gaza, en donde un convoy de ayuda humanitaria ingresó para repartir comida entre los habitantes de la ciudad, sitiada por aire y tierra desde el pasado mes de octubre, por lo que miles de personas se aproximaron cuando los soldados israelíes abrieron fuego.
De acuerdo con el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, 104 personas fallecieron víctimas del fuego israelí, mientras que otras 760 resultaron heridas. La dependencia asegura que se trató de un ataque premeditado, que forma parte de la estrategia de genocidio y limpieza étnica de los ocupantes.
Por su parte, el gobierno de Israel ofreció hasta tres versiones diferentes para justificar el brutal ataque contra la población civil. La primera es que sus soldados se sintieron ‘amenazados’ por la muchedumbre, la segunda es que los decesos fueron producto de una estampida y en la tercera responsabilizan a los conductores de los camiones.
El ministro de Seguridad de Israel, Itamar Ben Gvir, no sólo rechazó cualquier responsabilidad de su país, sino que afirmó que este incidente es una prueba de que la población gazatí no debe recibir ayuda humanitaria, porque -asegura- pone en riesgo la vida de sus soldados y le da un ‘respiro’ a Hamás.
Con información de DW en Español.
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