El presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer que el gobierno federal llegó a un acuerdo con la empresa brasileña Odebrecht y sus filiales para reducir el daño económico producido por la polémica planta de etano Etileno XXI, ubicada en el complejo petroquímico de Coatzacoalcos.
El mandatario señaló que el contrato firmado con Braskem-Idesa -en donde el 75 por ciento de la participación era de la filial mexicana de la constructora- era uno de esos ‘contratos leoninos’ firmados por las administraciones anteriores, en los que se afectaba a la hacienda pública en favor del capital privado.
También afirmó que uno de los objetivos de su administración es recuperar lo que se pueda de estos acuerdos desventajosos, por lo que se están revisando los documentos que permitieron que particulares hicieran jugosos negocios al amparo del poder público.
En ese sentido, agregó que el gobierno está buscando llegar a acuerdos con las compañías beneficiadas para evitar tener que recurrir a los tribunales internacionales, debido a que estos son procesos que tardan mucho tiempo. También dijo que no pueden saber si dichas instancias actúan con rectitud.
Posteriormente, el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, explicó los pormenores del acuerdo alcanzado con Odebrecht, el cual permitirá generar un ahorro total de 13 mil 749 millones de dólares. En primer lugar, recordó las condiciones en las que el contrato fue suscrito en 2009, durante el gobierno de Felipe Calderón.
En el documento se establecía que Pemex se comprometía a surtir 66 mil barriles diarios de etano para la operación de la planta, cosa que era imposible en aquel momento, ya que la paraestatal también utilizaba este químico en sus propias plantas, por lo que no podía cubrir con el suministro establecido para Etileno XXI.
Además, el costo de transportación del etano para la planta corría exclusivamente a cargo de la petrolera. Las penalizaciones eran demasiado inequitativas: por cada barril no suministrado, Pemex debía pagar 200 por ciento de penalización; mientras que si había incumplimiento por parte de Braskem-Idesa, esta solo estaba obligada a una sanción del 30 por ciento.
Esto significa que Pemex debía pagar siete veces más que sus socios por cada infracción. Para colmo, en caso de que se diera una terminación anticipada por incumplimiento de contrato, la paraestatal estaba obligada a pagar una penalización equivalente al total del valor del acuerdo, es decir, 5 mil 200 millones de dólares.
Por ello se realizaron importantes modificaciones al convenio entre ambas partes. Entre los puntos más destacados se encuentra que Braskem-Idesa pagará el precio internacional de referencia del etano y que la cantidad de barriles diarios se reducirá en más de 50 por ciento, pasando a ser solo 30 mil unidades.
Para reforzar el punto anterior, este nuevo acuerdo solo será válido desde este momento y hasta marzo de 2024, momento en el que se terminarán las obligaciones de suministro. La filial de Odebrecht también se compromete a invertir en una terminal de importación de etano y Pemex acepta ceder a esta el primer derecho de preferencia de los barriles que no utilice para sus exportaciones.
De igual manera, Braskem-Idesa acepta que el gobierno mexicano no pague por las penalizaciones que se han generado desde la llegada del actual gobierno, las cuales ascienden a 147 millones de dólares. De acuerdo con Romero, esto generará un ahorro total de 13 mil 749 millones de pesos.
Con información del Gobierno de México.
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