En la opinión de Elí González
@calacuayoMX
Con n las sólidas evidencias en contra de Emilio Lozoya, todo indica que Peña Nieto sería el segundo implicado y Felipe Calderón el tercero.
Desde hace varios meses, Emilio Lozoya Austin, estaba cercado. La Fiscalía General de la República (FGR) y a través de pedido expreso, lo siguió la Interpol, la Unidad de Inteligencia Financiera congeló sus cuentas, la de su esposa, su madre y su hermana.
La Secretaría de la Función Pública (SFP) lo inhabilitó diez años para ejercer cualquier cargo público.
Las acusaciones contra Emilio Lozoya Austin son varias y son sólidas.
Existen evidencias que Emilio Lozoya estableció vínculos con el director de Odebrecht en México, Luis Alberto de Meneses Weyll, y que gracias a ello la empresa brasileña “ganó” contratos que luego fueron recompensados en cuentas offshore de Lozoya, por al menos 10 millones de dólares
La empresa de Alonso Ancira, Altos Hornos de México (AHMSA), depositó 3.7 mdd en Grangemouth Trading Company, una firma offshore de Odebrecht según ha demostrado la fiscalía brasileña en el juicio que le sigue a la constructora que pagó sobornos a presidentes y altos funcionarios de doce países.
El día que Peña Nieto asumió la Presidencia, Emilio Lozoya compró una casa en 38 millones de pesos en Lomas de Bezares, pagados en efectivo de una cuenta de un banco suizo.
Esto de inmediato coloca una alarma. El presidente de la República era Felipe Calderón Hinojosa, cuando las empresas y peñistas, estaban organizando el atraco a la nación con apoyo del PRI y el PAN.
No son los únicos casos de corruptelas en las que está envuelto el ex director de Pemex.
Emilio Lozoya sabe que está perdido y lo único que tiene que hacer para bajar su condena, es decir lo que sabe.
Emilio Lozoya estuvo involucrado en esta trama de corrupción desde que Felipe Calderón era presidente. Se necesitó de la participación del presidente, para que Enrique Peña Nieto llegara a la presidencia sin contratiempos.
Los empresarios que sobornaron a Emilio Lozoya, sabían que estaban haciendo una inversión segura. ¿Y quien más podría asegurarles el negocio del futuro? Exacto, Felipe Calderón Hinojosa.
Con la cantidad de pruebas que se han acumulado en contra de Emilio Lozoya, parece difícil que libre la justicia, pero además, se ve tan difícil que no se vean involucrados Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en esta trama de corrupción.
Como bien han descrito los investigadores brasileños de la operación Lava Jato: la corrupción en Brasil era un mecanismo perfectamente orgánico al sistema político y económico de la nación, y se replicó exactamente igual en México. Esto a los partidos políticos mexicanos, les producía enorme alegría.
Está destapándose exactamente lo que en el guión de la serie El mecanismo, la producción de Netflix Brasil, lo revela claramente. Basándose en investigaciones y documentales gubernamentales, se llevó a cabo en esta trama de corrupción.
Esta serie revela la trama de corrupción que existe entre gobierno y empresas públicas, contratistas corruptos, financiamiento ilegal de campañas y enriquecimiento permanente de políticos y empresarios, todo a costa del dinero que paga el pueblo.
Este cambio a la política putrefacta del PRI-PAN es lo que los tiene molestos y desesperados.
Y volviendo a la serie de Netflix Brasil; Marco Ruffo, el policía federal que es actor principal de la trama, en un magistral diálogo le confiesa a su esposa que después de años de investigación entendió el núcleo que hace funcionar el sistema: “El mecanismo está en todo, En todo EN TODO”.
Se trata de un patrón. El poder económico y los funcionarios públicos actúan juntos. Los políticos nombran a los directores, quienes eligen las obras, siempre a los mismos contratistas. Estos cobran de más por el proyecto y devuelven parte del presupuesto a los políticos y los directores en forma de soborno.
El sistema se perpetúa a sí mismo. No existe ideología. Quien gobierna tiene qué mantener las cosas funcionando, es el patrón. Y fue lo que ha elegido a todos los presidentes…
El Mecanismo en México, las pruebas en su contra son abrumadoras. Sólo así se entiende la declaración de su abogado Javier Coello Trejo, cuando dijo: “Citaría hasta al Presidente Peña Nieto para que declare, porque no se movía una hoja si no era por instrucciones del Presidente.
“Lo único que sí sé es que muchas operaciones se hicieron con la conciencia y convicción de que el Presidente las ordenó”.
Más que defender a su cliente, parece una confesión de parte.
Uno puede leer entre líneas el mensaje que Emilio Lozoya estaba enviando a Peña Nieto y Felipe Calderón: “si yo caigo, ustedes caen conmigo.
Imagen: ESPECIAL
