Un excandidato vinculado a la dirigencia local del PRI en la Ciudad de México causó indignación en las redes sociales tras insultar y amenazar con sacar una pistola y fabricar delitos contra comensales de un restaurante.
El fotoperiodista Carlos Jiménez compartió a través de las redes sociales el momento en el que un individuo con sobrepeso y en evidente estado de ebriedad intenta instigar a dos elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX) para que detengan a un individuo con el que sostuvo un altercado.
Ante la negativa de los uniformados, pues no había delito que perseguir, el sujeto persistió e incluso le sugiere a uno de ellos que asegure a su interlocutor por ‘flagrancia’, aunque no especificó de qué, insistiendo en que las autoridades fabricaran un delito para remitirlo al Ministerio Público.
Al no recibir respuesta por parte de los policías, el hombre le pide a uno de sus acompañantes que le pase su pistola para intimidar a los comensales. Cuestionado por su actitud, el señalado se justidicó afirmando que es ‘gente de poder’.
Excandidato fue pareja de dirigente del PRI-CDMX
Posteriormente trascendió la identidad del individuo. Se trata de Luis Francisco Celis Molina, político ligado al Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual lo lanzó como candidato a una diputación en 2016. Tras no conseguirla, se desempeñó como asesor legislativo y secretario particular del exdiputado José Encarnación Alfaro.
Algunas versiones también lo mencionan como pareja sentimental de Tania Larios, secretaria general del PRI en la Ciudad de México. Ante la polémica suscitada por el video, la dirigente ‘tricolor’ negó tener una relación con Celis, a quien calificó como una persona violenta, y afirmó que hace más de un año que no tiene contacto con él.
Sin embargo, usuarios de redes sociales recuperaron varias imágenes en las que tanto Larios como Celis aparecen juntos, celebrando cumpleaños, circulando en motocicleta o asistiendo a eventos de otros partidos políticos.
A principios de este año, Tania Larios fue una de las diputadas priistas que denunciaron presuntos ‘atentados’ como forma de presión para ratificar a Ernestina Godoy como fiscal general de la capital.
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