Un empleado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó su renuncia a la subdirección de Comunicación Social de la máxima casa de estudios del país, tras haber sufrido acoso y violencia psicológica por parte de su jefe directo durante prácticamente dos años.
A través de un oficio, que compartió con esta redacción, Cristóbal López Yáñez informó a la Dirección General de Comunicación Social (DGCS) sobre su separación inmediata e irrevocable al cargo, tras haber soportado los abusos de Rodolfo González Fernández, quien funge como director de Información en dicha dependencia.
De acuerdo con el testimonio del denunciante, las acciones en su contra comenzaron el 28 de enero de 2020, el funcionario –apoyado en ocasiones por una subordinada de nombre Macarena Blando Rodríguez- incurrió en diversas acciones de violencia psicológica y verbal que terminaron por afectar su salud mental y su integridad física y psicológica.
López destaca que, en un primer momento, recurrió al diálogo para confrontar a su agresor, sin embargo, este carece de empatía, escucha activa e inteligencia emocional, cualidades importantes para ejercer un cargo de mando que requiere liderazgo.
En ese sentido, acusa a González de manifestar abiertamente que disfruta el sufrimiento ajeno y lastimar la dignidad de las personas. También lo señala por sus constantes comentarios clasistas y misóginos contra otros compañeros de la DGCS, amparándose en que puede incurrir en este tipo de faltas y salir indemne porque ‘es el jefe’.
En esa última categoría, resalta el trato recibido por dos excompañeras que laboraron como subdirectoras de Información, a quienes no se dignaba a recibir, impidiendo el ejercicio de sus actividades. De igual forma, indica que el funcionario siempre tiene actitudes deplorables hacia las jóvenes que realizan actividades de Servicio Social y prácticas.
Sobre su caso particular, señaló que, a partir de la fecha ya mencionada, González Fernández no solo se dedicó a minimizar los aspectos personales y los logros profesionales de su trayectoria –que incluyen un Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica- sino que también se dedicó a aislarlo y a denegarle información crucial para el ejercicio de sus labores, igual que a sus compañeras.
El agresor, por su parte, desestimó las acusaciones en su contra atribuyéndolo a ‘desórdenes’ de personalidad de López Yáñez, postura que los expertos en Psicología del Trabajo clasifican como acoso laboral. El estrés al que fue sometido por parte del directivo y su cómplice fue tal que dos médicos lo diagnosticaron con ansiedad, depresión y estrés postraumático.
Recientemente, uno de estos doctores, adscrito al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) le prescribió un tratamiento consistente en una mezcla de ansiolíticos, incluyendo Clonazepam, el cual deberá seguir durante un año entero.
Por todas estas circunstancias, López –quien tiene más de dieciocho años al interior de la dependencia- exige a la DGCS que Rodolfo González cubra el costo económico completo de las terapias psicológicas y psiquiátricas que enfrenta, así como el del tratamiento farmacológico recetado por el especialista.
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