Los intentos de grupos ambientalistas para salvar a ‘Benito’, la jirafa que vive en el Parque Central de Ciudad Juárez, evidencian la corrupción que existe al interior de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y del gobierno de Chihuahua.
Nuestra directora editorial, Meme Yamel, entrevistó a la activista Perla Guzmán, quien forma parte de la agrupación denominada ‘Salvemos a Benito’, tras la negativa de las autoridades federales de autorizar el traspaso del ejemplar a Africam Safari, zoológico de la ciudad de Puebla con las condiciones idóneas para su sano desarrollo.
Pese a que el clima en Ciudad Juárez alcanzará temperaturas bajo cero en los próximos días, poniendo en riesgo la vida de ‘Benito’ dadas las pésimas condiciones que enfrenta, la Profepa determinó no autorizar el traslado del animal a Puebla, pese a que la dirigencia de Africam Safari abrió sus puertas, como en otros casos de rescate.
En sus inspecciones, la dependencia determinó que el Parque Central no cumple con las condiciones para garantizar el bienestar de la jirafa; sin embargo, asegura que dicho predio debe cubrir estas obligaciones antes de tramitar un traslado a otra ciudad, medida que consideran ‘insuficiente’.
Sin embargo, esta no fue la postura que adoptó Profepa cuando autorizó el traslado de ‘Benito’ desde Sinaloa en mayo del año anterior. Por el contrario, dieron luz verde a todos los trámites que la gobernadora María Eugenia Campos realizó para sustituir a Modesto, el ejemplar anterior que tenía el parque juarense.
No sólo es ‘Benito’: Parque Central es una cloaca de corrupción
Las irregularidades que rodean el traslado, estancia y rescate de ‘Benito’ abrieron la puerta a que los ambientalistas descubrieran una serie de irregularidades en el manejo del Parque Central de Ciudad Juárez, las cuales van desde el mantenimiento de las instalaciones hasta el cobro de espacios comerciales.
Guzmán relata que, antes de que documentaran las condiciones de la jirafa, ni siquiera había contenedores para depositar la basura y las instalaciones eléctricas estaban a ras de suelo. Únicamente después de las denuncias fue que el gobierno estatal resolvió dichos problemas.
Además, ‘Benito’ no es el único animal que enfrenta condiciones no aptas, pues dentro del aviario detectaron una gran cantidad de especímenes que fallecían, permaneciendo varios días antes de que la administración del parque procediera a removerlos. En algunos casos, los otros pájaros empezaron a alimentarse de los cadáveres de sus ‘vecinos’.
La corrupción también llega a los puestos de comida y venta de artesanías, pues no existen los espacios adecuados para la actividad comercial; no obstante, estos negocios no solamente funcionan, sino que la administración del parque les cobra una tarifa diaria -entre mil y 2 mil pesos diarios- en efectivo, la cual no aparece en los registros financieros.
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