Pese a los rumores que surgieron durante el transcurso del lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que María Elena Álvarez-Buylla, directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), vaya a ser nombrada como nueva secretaria de Educación Pública.
Durante la conferencia de prensa de este martes, la funcionaria se presentó en la conferencia de prensa matutina del mandatario, en donde presentó los avances conseguidos en Conacyt a tres años y medio de haber asumido el cargo.
Uno de los reporteros presentes preguntó si esto era una especie de despedida para Álvarez-Buylla, a quien diversos medios de comunicación apuntaron como la posible sucesora de Delfina Gómez, quien buscará la gubernatura del Estado de México, e incluso anticipaban que hoy se haría el anuncio.
Sin embargo, López Obrador rechazó estos rumores, asegurando que la bióloga no dejará su actual encargo, pues ‘la necesitamos ahí’. También destacó su labor al frente de la institución, resaltando las diferencias con la anterior administración, a la que acusó de entregar el presupuesto del Conacyt a la iniciativa privada.
AMLO descarta que Álvarez-Buylla sustituirá a Delfina Gómez en SEP https://t.co/kD0B6mWiie pic.twitter.com/TM5n6GiN2y
— epigmenio ibarra (@epigmenioibarra) August 9, 2022
Resultados de Conacyt
Durante su presentación, Álvarez-Buylla denunció que encontraron una ‘fachada’ de institución pública a su llegada, pero que en realidad servía a los intereses del régimen neoliberal, transfiriendo recursos públicos a particulares, privatizando los posgrados, creando dependencia tecnológica y subrogando funciones, con grandes deficiencias administrativas.
Un ejemplo de esto fueron los 45 mil millones de pesos en 91 fideicomisos que se le entregaron a empresas privadas durante los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto; beneficiando a empresas como Monsanto, IBM, Ford, Honeywell, Bayer, Volkswagen, Motorola, LG o BMW.
Gracias a la eliminación de estos fideicomisos emprendida desde el gobierno federal, el Consejo logró recuperar 21 mil 853 millones de pesos que ya fueron reintegrados a la Tesorería de la Federación (Tesofe). De estos, 7 mil 665 millones provinieron de más de 10 mil proyectos que eran insolventes económica o administrativamente y que fueron cancelados.
Estos recursos eran otorgados bajo el argumento de que dichas empresas contribuirían al desarrollo tecnológico del país; sin embargo, durante dicho periodo se perdieron dieciséis lugares en el índice de eficiencia de la innovación, de los cuales ya se recuperaron diez posiciones en el actual gobierno.
Empresas beneficiadas
Del listado de compañías beneficiadas con fideicomisos federales durante los gobierno neoliberales presentado por Álvarez-Buylla se encuentran importantes fabricantes internacionales de sectores como el químico, el eléctrico, el automotriz.
Sin embargo, el primer nombre que salta a la vista es Monsanto, empresa bioquímica estadounidense conocida por su papel en el desarrollo de polémicos productos como semillas genéticamente modificadas (transgénicos) o herbicidas como el glifosato o el ‘agente naranja’, arma química utilizada en la Guerra de Vietnam.
En el listado también aparece Volkswagen, una de las compañías automotrices con mayor inversión en nuestro país o Bayer, farmacéutica y química alemana, actual matriz de Monsanto. Junto con IBM, son cuatro gigantes industriales que han participado en conflictos bélicos a gran escala y que fueron beneficiados en el sexenio anterior.
En el sector químico, aparecen la también alemana Continental y la estadounidense Honeywell; mientras que el listado automotriz es completado por BMW, Nissan y Ford. En el rubro eléctrico aparecen la francesa Schneider, la surcoreana LG y las norteamericanas Motorola y Whirlpool.
Los elefantes blancos de ‘Conacyt’
Durante su presentación, Álvarez-Buylla señaló que uno de los fideicomisos que representó mayores pérdidas para el erario público fue el Fondo Mixto (Fomix), del cual se destinaron 14 mil millones de pesos para la construcción de proyectos de infraestructura que no han tenido incidencia alguna en el sector científico.
Posteriormente, el propio López Obrador retomó el tema, explicando que el presupuesto de dicho fondo se destinaba únicamente a la construcción de grandes edificios en los estados, con notables sobrecostos, y luego se dejaban como ‘cascarones’. El ejemplo más dramático de esto fue 2018, año en el que de plano no se destinaron recursos para la investigación pero si se invirtió en estas obras.
Con información del Gobierno de México.
Imagen: El Sol de México
