Detrás de los megaproyectos cancelados por Enrique Peña Nieto en su sexenio, estuvo involucrado Juan Armando Hinojosa Cantú, el dueño de Grupo Higa, —quien construyó la Casa Blanca del mandatario y su esposa Angélica Rivera— y su primo, Rolando Cantú Barragán, interesado en el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Así lo consigna un reportaje del portal Economía Hoy en el cual se demuestra que estas grandes obras fueron canceladas ante las sospechas de corrupción.
Los tres megaproyectos son el Tren México-Querétaro, el acueducto Monterrey VI y el NAIM. En esta última obra, cuya cancelación anunció el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, participó Rolando Cantú dueño de Transportaciones y Construcciones Tamaulipecos (Tracotamsa), un contratista que hasta hace poco sólo operaba en Tamaulipas.
Uno de los contratos que obtuvo Cantú Barragán fue para la rehabilitación de la infraestructura vial de Texcoco por un monto de 54 millones 99 mil 060 pesos y otro para la construcción de los caminos provisionales de acceso al NAIM, por 608 millones 275 mil 577 pesos, el primero fue una adjudicación directa y el segundo una licitación pública.
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En 2015 Grupo Higa formó parte de un consorcio al que el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) le adjudicó contratos en el NAIM, pero la asignación fue cancelada. Pero eso no fue problema, pues luego apareció el primo de Hinojosa Cantú, quien sí obtuvo contratos.
López Obrador ratificó los resultados de la consulta popular realizada del 25 al 28 de octubre en la que la base militar de Santa Lucía obtuvo el 69.95 por ciento de un millón 067,859 votos emitidos en la consulta.
El Presidente electo ha denunciado en múltiples ocasiones que la obra de Texcoco está plagada de corrupción, además de que en su planteamiento no se tomó en cuenta el daño ambiental que generaría, y que ha sido denunciado por distintas voces de la sociedad civil.
“Deben entender que se acabó el contratismo, el influyentismo, se acabó la corrupción. Eso se irá entendiendo, se terminó con lo viejo, con lo anacrónico”, dijo AMLO en conferencia de prensa.
Las dos obras incómodas de Higa
Una de las obras más escandalosas del sexenio de Peña Nieto, es el tren México-Querétaro, valuado en 58 mil millones de pesos, asignado al consorcio asiático China Railway, pero en el que también participaba Grupo Higa de Juan Armando Hinojosa Cantú.
A pesar de que ya había un contrato de por medio, en noviembre de 2014 Peña Nieto decidió cancelar el proyecto revocando el fallo asignado mediante licitación. La cancelación se dio en el entorno de una investigación a cargo de la periodista Carmen Aristegui, quien reveló la existencia de un conflicto de interés entre el presidente e Hinojosa Cantú, quien adquirió una mansión de siete millones de dólares para Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera, en el fraccionamiento residencial Las Lomas, a la que se conoció como la “Casa Blanca”.
Como consecuencia de esa cancelación, el gobierno de China reclamó a México 600 millones de dólares, es decir, 11,294 millones 520 mil pesos, por la falta de transparencia y no garantizar un debido proceso legal.
El Acueducto Monterrey VI, una mega obra hidráulica también se canceló por presuntos actos de corrupción. Esta obra de Nuevo León pretendía llevar agua a la Zona Metropolitana de Monterrey, desde el Río Pánuco en el estado de Veracruz a través de una tubería de 372 kilómetros. El plan fue anunciado en el 2012 con un costo de unos 47 mil millones de pesos y se pretendía financiarlo a través de una asociación público-privada a pagarse en 27 años.
Participaban las empresas Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y Grupo Higa, pero seis años después de que se puso sobre la mesa fue cancelada. Algunas organizaciones civiles aseguraron que hubo actos de corrupción, además de que dañaba al medio ambiente.
Con información de: Sin Embargo y Economía Hoy
