El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), lejos de ver por los intereses de sus agremiados, los ha dejado abandonados y sin trabajo durante la actual contingencia sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19.
Nuestra directora editorial recibió una denuncia por parte de un trabajador de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien asegura que el sindicato no solo está dejando que transcurra el tiempo para despedir a una gran cantidad de empleados; sino que, además, sus representantes se están escondiendo y no dan la cara.
El denunciante pertenece a la Sección 34 del STPRM, la cual corresponde a las oficinas centrales de Pemex en la Ciudad de México. Relata que, desde el comienzo de la pandemia, la paraestatal notificó a los trabajadores que comenzarían a trabajar desde sus hogares y que las actividades presenciales se retomarán hasta el 31 de diciembre.
Sin embargo, el Sindicato lleva ya seis meses sin ofrecerles ningún tipo de trabajo, así como seguro médico y que, en el caso de conseguir que se les asigne alguna labor, la petrolera no la va a pagar hasta diciembre. Ante esta situación, la organización gremial prácticamente ha desaparecido, guardando silencio ante sus afiliados.
Nuestra fuente también expone que la situación para los trabajadores cada vez se vuelve más complicada, no solo por la falta de pagos y de cobertura médica, sino que, de acuerdo con los estatutos del gremio, a los miembros se les da de baja si no trabajan por un periodo de seis meses; por lo que –considera- se trata de una estrategia para realizar despidos masivos.
En el caso particular de la Sección 34, el acusante afirma que su secretario general, Héctor Manuel Sosa Rodríguez, es el de mayor rango por debajo del dirigente nacional. También relata que, desde la llegada del actual líder, Manuel Limón Hernández, no han existido cambios estructurales con respecto al mandato de Carlos Romero Deschamps.
Aunque quizás, la información más polémica que nos proporcionó tiene que ver con el ciberataque que Pemex sufrió el pasado 10 de noviembre de 2019. Según su versión, el hackeo fue realizado desde la propia empresa; denunciando que la información de los discos duros no fue recuperada, sino que esperaron unos meses y formatearon los equipos.
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