Las denuncias

Terrorismo sexual en corporaciónes de Yucatán, gobiernos guardan el secreto

El hostigamiento físico, sexual y laboral al que los mandos policiales someten a las mujeres oficiales del estado de Yucatán -publicitado como el ‘más seguro’ del país- llega al grado de terrorismo, sin que las autoridades hagan nada.

Nuestra directora editorial, Meme Yamel, entrevistó a la abogada Dariana Quintal y a Nayeli Palma May, elemento policiaco a la que los constantes abusos por parte de dos de sus superiores provocaron serios problemas de salud, incluyendo un aborto doble y una peritonitis.

El caso de Nayeli

El comandante ‘Pegaso’

El primer comandante con el que Nayeli tuvo problemas es Sergio Paredes Guerra, también conocido por el nombre clave ‘Pegaso’. La agente relata que el acoso comenzó desde el inicio de su servicio, sufriendo detenciones, jornadas laborales largas y otro tipo de hostigamiento por no acceder a los avances del mando.

En aquella época, la agente se embarazó; sin embargo, el comandante nunca aceptó su incapacidad. Un día, comenzó a sentir un malestar, sin obtener autorización para acudir a consulta médica. No fue sino hasta las seis de la tarde de ese día hasta que la trasladaron, pero no al hospital, sino al servicio médico de la SSP.

Ahí, la doctora en turno explicó que sufrió un aborto, por lo que debía ir al hospital a recibir atención urgente, extendiéndole un certificado. Sin embargo, el comandante ‘Pegaso’ tomó el documento, lo examinó y le dijo que, si ya perdió al bebé, entonces ya no tiene caso la revisión y le ordena regresar a trabajar.

Al día siguiente, Palma acudió a un ultrasonido, descubriendo que su embarazo era doble y que aún tenía un producto en gestación, por lo que el médico recomendó reposo absoluto y atención inmediata. En el hospital recibió una incapacidad; sin embargo, el mando le dijo que debía presentarla personalmente en la base.

Una vez ahí, sufre un arresto de 36 horas, dividido en tres días. Producto de este abuso, termina perdiendo al segundo bebé, motivo por el que acudió al Departamento de Asuntos Internos, cuya única acción fue cambiar al comandante ‘Pegaso’ de sector.

El comandante ‘Ares’

La SSP sustituyó a Paredes Guerra con Ignacio ‘N’, también conocido como el comandante ‘Ares’. Pese al cambio, el hostigamiento contra Nayeli y los demás elementos de la base continuó. A su llegada, el nuevo mando ordenó sacrificar a los perros y mató personalmente -con cloro- a los peces que tenían como mascotas.

Además de los constantes abusos, el comandante ‘Ares’ encargaba a la agente actividades que poco tenían que ver con su labor policial, como cuidar a su hija menor de edad, a la que llevaba constantemente al cuartel, amenazándola de muerte si algo ocurría con la niña.

Palma relata que un día hubo una detonación muy cerca de donde ella y la menor se encontraban, motivo por el cual comenzó a sufrir de cuestiones físicas relacionadas con el estrés extremo que la provocaba el comandante, sufriendo incluso una peritonitis.

Esto provocó que constantemente recibiera incapacidades médicas, motivo que no gustó al dirigente, por lo que nuevamente acudió ante Asuntos Internos a denunciar la situación.

Tras registrar la queja, ‘Ares’ la amenazó de muerte, asegurando burlonamente que a él no le pasaría nada; a ella, por otra parte, la reubicarían en el Departamento de Vialidad, asignándola debajo de un puente, en donde ‘irían por ella’.

Discriminación contra las mujeres policías

Durante la parte final de la entrevista, Quintal habló sobre la discriminación que sufren en general las mujeres que quieren ingresar al Sector Poniente de la SSP Yucatán, pues las someten a abusos físicos que ni siquiera los cadetes hombres enfrentan y que también son actos de terrorismo

Una de estas pruebas fue encerrar a las agentes a un cuarto de dos o tres metros cuadrados y rociarlas con gas lacrimógeno, sin ningún equipo de protección; señalando que a los compañeros del sexo masculino también los sometieron a esa prueba, pero no hacinados en un cuarto, sino en el exterior.

Sin embargo, la violencia laboral no acaba ahí, pues también reciben sueldos sustancialmente menores a los de los agentes hombres. En su caso, Nayeli apenas percibe 12 mil pesos mensuales como parte de la Secretaría de Seguridad Pública.

Terrorismo sexual y laboral

Desafortunadamente, situaciones como la de Nayeli son solo un ejemplo de la cultura del terrorismo laboral y sexual que viven las mujeres policías en Yucatán. Apenas en febrero de este año surgió a la luz el caso de un alto mando policial que admite su responsabilidad en un caso de abuso sexual.

Progreso

Se trata de Omar de la Cruz Herrera Cocom, actual director de la Policía Municipal de Progreso, quien reconoció haber tocado los genitales y los gluteos de una subordinada suya cuando formaba parte del Sector Norte de la SSP, justificándose en que ‘quería algo’ con ella.

Herrera Cocom llegó a la policía de Progreso para sustituir al polémico Emilio Raúl Caamal Gutiérrez, el comandante ‘Cobra’. Según reportes periodísticos, el alcalde panista Julían Zacarías ‘destituyó’ al mando en enero de 2022; sin embargo, en realidad solo lo reubicaron en otra jurisdicción.

En agosto de 2021, Dariana Quintal representó a un grupo de agentes y ciudadanos que denunciaron los numerosos abusos cometidos por el comandante ‘Cobra’, incluyendo las múltiples acusaciones de acoso sexual contra mujeres policías y administrativas de la dependencia.

De acuerdo con estas denuncias, Caamal instaló cámaras ocultas en los vestidores de mujeres e incluso llegó a amenazar con un arma de fuego a una trabajadora que no accedió a sus avances; además de castigar con ‘trabajos forzados’ a los agentes que no cumplían sus caprichos.

Kanasín

En febrero de 2022 surgieron reportes de un grupo de agentes mujeres de la Policía Municipal de Kanasín que acusaron de violación y abuso sexual a tres mandos, incluyendo a un comandante de apellido Pool Colli, cercano al director de la corporación, Luciano Moo. Mientras tanto, el alcalde panista Edwin Bojorquez silenció el asunto.

Sector Poniente

La de Nayeli no es la primera denuncia en contra del comandante ‘Pegaso’, pues en agosto de 2020 un grupo de agentes de la misma demarcación acudieron ante medios locales de comunicación para denunciar las prácticas de terrorismo sexual cometidas por el mando del Sector Poniente de la SSP.

Ahí, relataron que Paredes Guerra constantemente las presionaba exigiendo ‘favores sexuales’ a cambio de dejarlas trabajar tranquilamente. Entre las denunciantes se encontraba Nayeli, pues estos medios reprodujeron el caso del aborto doble que sufrió bajo su mando.

Ciudadanía también paga abusos contra policías

En la entrevista, Dariana Quintal señalaba que, además de las detenciones arbitrarias, entre los castigos que sufren los policías de la SSP está el acudir a una poza con aguas residuales y heces, además de obligarlos a cubrir turnos consecutivos de 24 horas y de laborar incluso en sus días de descanso.

Al igual que muchos ciudadanos, la abogada también fue víctima de los abusos de las autoridades estatales; sin embargo, escuchando estos casos comprende que muchos de los agentes policiales ya no están aptos para ejercer sus labores tras meses y años de desvelos, de castigos y de humillaciones.

También considera que esto se traduce en los numerosos casos de uso excesivo de la fuerza que la entidad protagonizó en años recientes, como el caso de José Eduardo Ravelo, los manifestantes de Sitilpech o la represión contra manifestaciones feministas.

Con información de Al Chile con Meme Yamel, Presidio, Por Esto, Diario de Yucatán, La Noticia Ciudadana y Mega News.

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