José Víctor Ortiz Montes, sacerdote excomulgado y excanciller de la Arquidiócesis Primada de México, continúa en libertad pese a que incluso el Vaticano ya lo declaró como culpable de pederastia y abuso sexual infantil.
La primera denuncia formal en contra del llamado ‘padre Pepe’ ocurrió en 2003. Para 2017, ya acumulaba cinco quejas ante la máxima entidad eclesiástica del país; sin embargo, ninguna de estas prosperó durante la gestión del cardenal Norberto Rivera Carrera, de quien el señalado fue secretario particular.
No fue sino hasta la renuncia del arzobispo -señalado por proteger a sacerdotes acusados de ataques contra menores- en aquel año que los casos comenzaron a avanzar. Para 2020, la Arquidiócesis capitalina declaró a Ortiz culpable de los delitos de efebofilia, pederastia y abuso sexual.
Este acudió ante el nuevo arzobispo, Carlos Aguilar Retes, para apelar la decisión; sin embargo, esta se mantuvo. Por ello, acudió al Tribunal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y al Colegio del Dicasterio en el Vaticano; sin embargo, ambas instancias confirmaron la sentencia inicial y decretaron la excomunión del religioso.
Los Cruzados de Cristo Rey y los abusos del ‘padre Pepe’
A la par de sus actividades en los círculos más elevados del clero católico en México -como canciller era el enlace entre la Arquidiócesis y la clase política- el padre Ortiz Montes también formaba parte de la Sociedad de Vida Apostólica Cruzados de Cristo Rey, una agrupación religiosa vinculada a El Yunque.
De acuerdo con los familiares de las víctimas, el sacerdote organizaba al menos tres excursiones anuales con dicha organización, que podían ser campamentos, peregrinaciones o cursos formativos para varones menores de edad en lugares alejados, como montañas; los cuales aprovechaba para abusar de ellos.
Tras la llegada de la primera denuncia pública contra el ‘padre Pepe’, ni la Arquidiócesis ni los Cruzados de Cristo Rey adoptaron medidas cautelares para salvaguardar la integridad de los menores; por el contrario, permitieron que continuara desempeñando sus funciones de forma impune.
En 2017, Pedro Miguel Funes Díaz es el superior general de los ‘Cruzados’ y anteriormente se desempeñó como el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, organismo encargado de investigar, juzgar y condenar a los sacerdotes acusados de pederastia y abuso sexual, por lo que sabía de las acusaciones contra Ortiz.
Sin embargo, permitió que el sacerdote continuara operando en completa impunidad al interior de su organización durante tres años más, hasta que llegó la primera sentencia por parte del Tribunal Eclesiástico.
Arquidiócesis y ‘Cruzados’ encubren a sacerdote condenado por abuso sexual
Pese a que las familias de las víctimas del padre Ortiz Méndez exigían el reconocimiento público e inmediato de la culpabilidad de este, ninguna de las dos instancias que durante años encubrieron sus actividades ilícitas respondió de forma adecuada.
En el caso de la Arquidiócesis Primada de México, esta se tardó cuatro meses en notificar la resolución del Colegio del Dicasterio, pues esta confirmó la sentencia el 20 de septiembre de 2022; sin embargo, el Tribunal Ecleseastico mexicano notificó al sacerdote la determinación hasta el 12 de enero de 2023.
Los Cruzados de Cristo Rey, por su parte, emitieron un posicionamiento público el 30 de enero de este año, lamentando la situación; sin embargo, omitieron el nombre del perpetrador y se disculparon ante las ‘posibles víctimas’ pese a que cuatro tribunales religiosos confirmaron los abusos del ‘padre Pepe’.
La indignación por el comunicado fue tal que Funes Díaz emitió una aclaración una semana más tarde, en la que reconoce y corrige ambas omisiones.
Cuestionada por medios de comunicación, la Arquidiócesis asegura que comunicó las acusaciones ante las autoridades civiles desde 2018; sin embargo, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) señala que no existen registros de dicha querella, por lo que José Víctor Ortiz Montes aún camina libre por las calles.
Con información de Aristegui Noticias y La Marea.
Imagen:
