Tras el desplome del paso elevado de la Línea 12 del metro el pasado lunes por la noche, la opinión pública se ha dedicado a señalar a los probables culpables de la tragedia, incluyendo a figuras como Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard. Sin embargo, han pasado por alto el papel jugado por Miguel Ángel Mancera.
Cabe recordar que el hoy senador no solo es el jefe de gobierno que más tiempo administró dicha línea del transporte metropolitano, sino que también es el que realizó más intervenciones sobre el tramo en cuestión y que, a diferencia del resto de la oposición, apenas se ha manifestado sobre el incidente.
Pese a que, en 2014, su administración determinó el cierre de la Línea 12 durante varios meses, a causa de las fallas estructurales detectadas en los primeros meses de funcionamiento, fue el propio gobierno de Mancera el que avaló la obra -sin ninguna queja- durante el proceso de entrega recepción.
De acuerdo con un documento fechado el 8 de julio de 2013, el gobierno del legislador perredista recibió en su totalidad la operación de la Línea 12 del metro, firmada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). En el texto, la administración entrante aseguraba que esta era ‘segura y operable’.
También cabe recordad que fue el gobierno de Mancera el que más obras de mejoramiento realizó sobre la Línea 12 y, en particular, en el tramo entre Tláhuac y Culhuacán; comenzando por el polémico cierre de 2014, el cual se extendió durante varios meses y en el que se denunciaron toda clase de irregularidades por parte del gobierno de Ebrard, pese a haber aceptado sin problemas la entrega.
La segunda intervención se realizó tras el terremoto del 19 de septiembre de 2017. En aquella ocasión, uno de los pilares de la zona en donde se registró el accidente del pasado 3 de mayo resultó afectado por el movimiento telúrico, motivo por el cual fue reparado por el gobierno de la Ciudad de México.
Sin embargo, en aquel momento los vecinos de la zona denunciaron que la reparación realizada en aquel momento fue defectuosa y continuaron manifestando su preocupación por la integridad estructural de la obra por más de tres años, sin ser escuchados, ni por las autoridades actuales ni por las anteriores.
Además, el gobierno encabezado por Mancera Espinoza ocultó la información relativa a la compra de los trenes. En abril de 2013, tres meses antes de recibir el control de la obra, el Gobierno capitalino clasificó como ‘reservados’ durante siete años todos los datos relativos a la adquisición de los vehículos.
Con información de Sin Embargo y Proceso.
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