Pese a las pruebas físicas y a las investigaciones externas, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM) se niega a reconocer que existió tortura en contra de Manuel Ramírez Valdovinos, profesor de música que pasó 20 años en prisión por un presunto asesinato en el que la víctima estaría viva.
El pasado 7 de septiembre, la Visitaduría General de la CODHEM en Ecatepec declaró por concluido el expediente de queja promovido por el señalado para que dicho organismo acreditara que fue víctima de tortura por parte de los policías que procedieron a arrestarlo el 26 de mayo del 2000.
La dependencia alega que en ninguna de las ocasiones en las que se le realizó el Protocolo de Estambul se pudo determinar que fuera víctima de agresiones físicas por parte de los agentes que lo capturaron, incluso cuando el caso fue reabierto en dos ocasiones por haber aportado estudios médicos y psicológicos que sugerían lo contrario.
Los motivos para desechar la petición de Ramírez Valdovinos son que la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Tortura determinó desechar el peritaje presentado en 2019 bajo el argumento de que fue entregado ‘fuera de tiempo’; mientras que la propia Comisión resolvió darle prioridad a la investigación oficial señalando que proviene de un organismo que no tiene intereses en el caso.
A causa de esta situación, organizaciones que han dado seguimiento al caso de Valdovinos lanzaron un comunicado en el que le recuerdan a la CODHEM que está violando la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura, pues su artículo 37 establece que no se le puede restar importancia a peritajes realizados por particulares.
Por ello, exigieron a la CODHEM que deje de obstaculizar el derecho a la justicia del señalado y que cumplan con su obligación de otorgar valor probatorio a los dictámenes médicos emitidos por peritos independientes.
Este lunes, Manuel Ramírez Valdovinos sostuvo una entrevista con nuestra directora editorial, Meme Yamel, en la que describió los pormenores de su caso. Ahí, señaló que el Protocolo de Estambul al que la comisión mexiquense le da prioridad fue realizado por personas que no estaban capacitadas adecuadamente para ejecutar este peritaje.
Ahí, también contó de manera extensiva todas las irregularidades en su caso, incluyendo los efectos permanentes que le provocaron las repetidas golpizas –y otras torturas- que los agentes ministeriales le propinaron para que confesara el supuesto delito, las cuales incluyen la pérdida de la audición en un oído y el uso permanente de una faja por el daño a músculos y nervios derivados del uso de descargas eléctricas, pruebas omitidas por la CODHEM.
También denunció la detención sin pruebas que sufrió en su hogar, las inconsistencias en los reportes del caso, la forma en la que se demostró que el cadáver de la presunta víctima no correspondía a las características físicas de esta y la confesión de un conocido de haber estado en contacto con el supuesto occiso años después de su asesinato.
Con información de Al Chile con Meme Yamel.
Imagen: Sopitas
