Los dos estadounidenses asesinados tras su secuestro en Matamoros el pasado 3 de marzo contaban con antecedentes penales en su país, ambos relacionados con la venta y distribución de drogas.
De acuerdo con un reportaje del Grupo Reforma -reproducido en todos sus medios de comunicación- tanto Zindell Brown como Shaeed Woodard, dos de los extranjeros privados de su libertad tras una balacera en la localidad fronteriza, contaban con arrestos previos vinculados al tráfico de narcóticos.
Según el portal Arrest.com, las autoridades detuvieron al primero de los fallecidos en junio de 2015, bajo el cargo de posesión ilegal de marihuana, cocaína y hachís; mientras que su segundo arresto llegó en julio de 2019. En esa ocasión, Brown contaba con una denuncia por violencia doméstica.
En el caso de Woodard, en 2019 volvió a prisión tras violar su libertad condicional; mientras que en 2022 estuvo tras las rejas en dos ocasiones en un periodo de apenas tres meses, señalado por vender cocaína y crack en las inmediaciones de una escuela.
La misma fuente reveló que los dos sobrevivientes del ataque, Latavia Washington McGee y Eric James Williams, también cuentan con antecedentes. La mujer respondió a un cargo de violencia doméstica contra su hija de ocho años; mientras que el hombre también distribuía drogas cerca de una escuela.
El grupo viajó a México el 3 de marzo para acompañar a McGee a realizarse un procedimiento quirúrgico. Sin embargo, quedaron atrapados en medio de una balacera y un comando armado arrastró a los cuatro y los subió a una camioneta, hecho capturado en video.
Con información de Mural.
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