Nacionales

Columna: Pasada de Moda

Por Samantha Gómez

El pasado 26 de enero se dio a conocer la existencia de propaganda en contra de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum dentro de las oficinas de la alcaldía Cuauhtémoc. La alcaldesa Sandra Cuevas reconoció ante los medios que los flyers son repartidos en las calles y colocados en coladeras de la demarcación. Dos semanas después, parece que los hechos fueron intrascendentes para posibles investigaciones o sanciones y quedaron diluidos entre la opinión pública. Sin embargo, son la apertura del telón para el espectáculo político que estamos próximos a presenciar en la disputa por la sucesión de la capital y la presidencia del país en 2024.

Con gran excelencia Sandra Cuevas representa el modo en que ciertos actores políticos hacen uso del ejercicio público para emprender (desde su cargo) contiendas con el fin de desgastar y golpetear opositores a través de discursos, esencialmente. En cualquier caso es lamentable que quienes se dedican al ejercicio político sostengan que éste refiere a adueñarse del mismo para sobreponer intereses personales, pero también es vergonzoso que dicha concepción predomine entre quienes delegan cargos relevantes para el desarrollo y funcionamiento de nuestros espacios.

De ahí que Cuevas ilustre con precisión el arquetipo de funcionario público que históricamente ha predominado en el escenario político mexicano pero del que es necesario prescindir porque además de no responder al beneficio ni voluntad popular, consecuentemente caen en una falta de respeto a la ciudadanía que legitimamente delegó un poder sobre ellos.

Enfatizando en ello, en apenas un año de gestión, la alcaldesa ha recurrido a las añejas prácticas como el abuso de autoridad, despilfarro de recursos, autoritarismo y transgresión de Derechos Humanos. Sumado al evento donde refirió que le partiría su madre a la Jefa de Gobierno, en febrero de 2022 Cuevas convocó a un mitin en la explanada de la Alacaldía el mismo día que se programó una manfiestación vecinal para exigir su renuncia (#Fuera SandraCuevas en Twitter).

Además, en el evento arrojó pelotas con billetes de 500 pesos. Un mes después, Cuevas enfrentó un proceso penal por abuso de autoridad, robo y discriminación en contra de tres policias después de que tuvieran desacuerdos para el reacomodo y organización del ambulantaje en la demarcación. Por su parte, en el transcurso del primer semestre del mismo año, los tradicionales rótulos de comercios callejeros fueron replantados por láminas blancas, borrando así un elemento cultural e identitario de la capital mexicana como lo es la gráfica popular como medio de apropiación y expresión.

La particularidad de Sandra Cuevas no encaja en que recurra a prácticas políticas poco conocidas, sino en el peculiar cinismo para hacerles frente ante la disconformidad. Sin embargo, dentro de la dinámica política-social se encuentra pasada de moda.

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