Luego de que el gobierno de Iván Duque denunciara una supuesta campaña internacional de desprestigio contra la fuerza pública de Colombia, la embajada rusa en aquel país calificó dichas aseveraciones como ‘totalmente infundadas y no respaldadas por pruebas’. Pero ¿a qué se debe este conflicto diplomático y por qué se está vinculando a Rusia con las protestas de Colombia? La comunicóloga rusa Inna Afinogenova lo explicó en su programa Ahí les va.
Ciberataques rusos contra Colombia
El pasado 17 de mayo, el secretario de Defensa de Colombia, Diego Molano, en el cargo desde febrero pasado, acusó a Moscú de lanzar ataques cibernéticos para aumentar la violencia en el país e incrementar las protestas, pero no presentó ninguna prueba al respecto.
El funcionario colombiano detalló que existen evidencias que vinculan a Rusia con ciberataques contra páginas oficiales ocurridos durante las protestas contra el gobierno de Iván Duque, que ya completan casi un mes y que han dejado como saldo más de 43 muertos y unos mil 500 heridos, entre policías y civiles.
Afinogenova explicó que la carta de los espías rusos no es un movimiento inusual, pues se trata de una ‘cotidiana costumbre geopolítica’ y que además puede funcionar, aunque solo en el corto plazo.
La presentadora de Ahí les Va subrayó que vincular a Rusia con las protestas le permitiría a la administración de Iván Duque desviar la atención, precisamente en un contexto en el que se estaba intentando aplazar, e incluso negar, la visita de observadores de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) de la
Organización de los Estados Americanos (OEA).
“Coincidencia o no, las declaraciones del ministro se produjeron poco días antes de que enfrentara una moción de censura en el Congreso colombiano, de la que salió bien parado. También en los días en que el titular de Defensa apuntaba a Rusia, la canciller colombiana visitaba la sede de la OEA en Estados Unidos; semana y pico después de que la comisión interamericana de derechos humanos solicitara visitar Colombia para evaluar la situación en el terreno, es decir, casi diez días para dar una respuesta. Y por si no bastara que la respuesta después de decenas de manifestantes muertos fuera tardía, además de tardía fue negativa. El retraso y la negativa del gobierno colombiano fueron recibidas con una amable sonrisa de comprensión por parte del secretario general de la OEA, Luis Almagro”.
Inna Afinogenova advirtió que aunque la amenaza de Moscú es imaginaria, ‘el mes completo y contando de masivas protestas cada día en las calles de Colombia sigue siendo real, el descontento social por la falta de respuestas de las autoridades ante las demandas sigue siendo real, los cientos de heridos y las decenas de muertes causados por las fuerzas de seguridad entre los manifestantes siguen siendo reales, los al menos 120 desaparecidos durantes las protestas siguen siendo reales’.
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