Este miércoles, el cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, difundió información falsa sobre la pandemia de COVID-19, la cual mantiene saturados los hospitales en diversas regiones del país, con el Valle de México, la Ciudad de México y el Estado de México entre las más afectadas, debido a una segunda ola de contagios.
Juan Sandoval Íñiguez fue tan lejos como afirmar que la crisis sanitaria es un invento de los gobiernos para controlar a la población.
Así lo sostuvo en un video que se volvió viral debido a que en él se puede ver al religioso recomendándoles a sus feligreses no temerle al virus y a no seguir las medidas preventivas como el uso de cubrebocas, no salir de casa y mantener la sana distancia.
‘Yo tengo ocho o nueve meses que no he usado cubrebocas y saludo a medio mundo’, aseguró el cardenal emérito y agregó que el tratamiento para la COVID-19 es el té de guayaba o el dióxido de cloro, un dato falso, irresponsable y pernicioso.
“Los que armaron esta pandemia, que es un trabuco para la dominación de los pueblos, tienen obligados a los gobiernos a estarnos asustando. Todos los días piden ponte el cubrebocas, no salgas de tu casa, guarda la distancia, están friegue y friegue todo el día y la gente se cree”.
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El eclesiástico también mencionó que debido a que ‘todos vamos a morir’ los cristianos no deben tener miedo, pues este sentimiento ‘mata, pregúntenle a los doctores, el que tiene mucho miedo inhibe el sistema inmunológico y empieza a enfermarse hasta que se muere’.
Pese a sus declaraciones, mismas que no están sustentadas en ningún tipo de investigación o estudio científico, el cardenal aconsejó seguir los protocolos impulsados por las autoridades sanitarias en aras de evitar que cualquier tipo de responsabilidad caiga sobre la institución religiosa que él encabeza.
“Qué no digan que la iglesia fue la causante de tanta muerte”.
No es la primera vez que el cardenal Sandoval Íñiguez pone en duda la veracidad de la pandemia, pues en mayo y agosto de este año manifestó su molestia por el cierre prolongado de las iglesias, pues ‘hay fieles que lamentan no poder celebrar misas y recibir la comunión’.
Asimismo, se quejó de que en esta ‘dizque pandemia’ muchos sitios estaban abiertos, mientras que las autoridades mantuvieron los templos religiosos cerrados, impidiendo que las personas se congregaran en ellos para recibir la comunión o confesar sus pecados.
“Me disgusta mucho que el gobernador sea el que disponga de la iglesia. Por ahora tenemos al obispo que tiene que decir qué hacemos y qué no hacemos, no el gobernador, que no se meta. Veo que no va a haber misas, están los mercados abiertos ciertos días, muchos lugares abiertos nomás las iglesias no”.
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