Las denuncias

Piden la intervención de Santiago Nieto para investigar la lujosa vida de Raúl Padilla

Este viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló sobre Raúl Padilla López, presidente del Patronato de la Feria Internacional del Libro (FIL) y exrector de la Universidad de Guadalajara (UDG), a quien señaló por su cercanía con el gobernador Enrique Alfaro y a quien acusó de utilizar dicho evento como una plataforma en contra de su gobierno.

Tras criticar que Padilla hablara contra el ‘populismo’ durante la entrega del premio Princesa de Asturias en julio pasado, el mandatario pidió a los reporteros presentes que investigaran quién es y desde cuándo ejerce control absoluto sobre la principal institución educativa de Jalisco.

Uno de los que se tomó en serio el encargo del Ejecutivo fue el activista tapatío Alejandro Puerto, quien, a través de un hilo en su cuenta de Twitter, explicó no solo los antecedentes del exrector, sino también sus vínculos con otros personajes destacados de la derecha, incluyendo a ‘intelectuales’ y excandidatos presidenciales.

Padilla López inició su carrera política al interior de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), organismo que surgió para representar a los estudiantes tapatíos pero que terminó sirviendo a intereses políticos, viéndose involucrado en actos de violencia, tráfico de drogas y desaparición de personas.

Tras encabezar esta agrupación, el señalado fue escalando poco a poco hasta obtener la rectoría de la UDG, la cual ejerció entre 1989 y 1995. Sin embargo, desarrollo un mecanismo político que aún hoy en día le permite decidir quiénes son los que llevarán las riendas en la Universidad.

Gracias a su influencia política, se ha posicionado como presidente del patronato de dicha casa de estudios (Fundación UDG) y, desde esta posición y en colusión con los gobiernos anteriores, ha obtenido el control sobre eventos y locaciones como la FIL, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), el Teatro Diana o el Centro Cultural Telmex.

6 mil millones de pesos del presupuesto anual de la UDG se destinan a las ‘empresas universitarias’ y Padilla tiene acceso a estos fondos en su condición de presidente del patronato. Estas, por su parte, gastan 500 millones de pesos al año en promover la imagen del exrector como ‘promotor cultural’, en lugar de reinvertirlos en beneficio de los estudiantes.

Mientras que instancias como el Centro Cultural Universitario –que hace unos meses vendió sus derechos de imagen al banco Santander- reciben más presupuesto que los centros de estudios y se promociona la imagen de la FIL y el FICG, la editorial universitaria es intrascendente y la UDG ni siquiera ofrece la carrera de Cinematografía.

Padilla, además, lleva un lujoso estilo de vida que lo ha llevado a asistir a premiaciones de cine en el extranjero, gastos difíciles de justificar con su sueldo de 32 mil pesos mensuales como profesor investigador del Departamento de Estudios de Educación.

Además, es conocida su amistad con ‘intelectuales’ como el historiador Héctor Aguilar Camín o el promotor Enrique Krauze, a quienes ha apoyado en la firma de varios desplegados contra López Obrador. También se ha mostrado cercano a Enrique Alfaro y a Ricardo Anaya, a quien respaldó abiertamente en sus aspiraciones presidenciales.

Por todas estas situaciones, Puerto concluyó su publicación pidiendo la intervención de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda (UIF), comandada por Santiago Nieto Castillo, para que investiguen a Padilla, por el bien de la Universidad.

Imagen: ESPECIAL

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