Jesús Murillo Karam es una de las figuras más emblemáticas de la administración de Enrique Peña Nieto. Su actuación al frente de la Procuraduría General de Justicia (PGR) dejó una sensación de impunidad generalizada, especialmente tras la investigación por la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa, la cual coronó con el famoso ‘ya me cansé’ y la ‘verdad histórica’ desechada por todos los investigadores internacionales.
Hace unos cuantos días, reportamos que la oficial mayor de la PGR durante su mandato, Judith Aracely Gómez Molano, fue vinculada a proceso por la compra de una aeronave de lujo, solicitada por el propio funcionario, la cual fue injustificada y se pagó con sobrecostos. Sin embargo, no hay ninguna sanción en contra de Murillo.
Sin embargo, la Procuraduría es solo una parada en la extensa carrera política del hidalguense al interior del Partido Revolucionario Institucional; la cual se remonta hasta finales de la década de 1970, cuando fue diputado federal por primera vez. Posteriormente se desempeñó como senador y como gobernador de su estado natal (1993-1998).
Antes de formar parte de la Cámara Alta, fue nombrado oficial mayor de la Secretaría de la Reforma Agraria (actual Sedatu); y, tras su salida del gobierno de Hidalgo, fue subsecretario de Seguridad Pública en el gobierno de Ernesto Zedillo. A partir de 2006 volvió a ser senador, diputado y secretario nacional del PRI, hasta que se integró al gobierno de Enrique Peña Nieto en la PGR.
Sin embargo, todos estos antecedentes son apenas una parte del imperio de corrupción en el que ha estado envuelto Murillo Karam. La periodista Meme Yamel (La Neta Noticias, Sin Censura) reveló que el exfuncionario y su hermano son propietarios de una manzana entera ubicada en el Boulevard Luis Donaldo Colosio, una de las zonas de mayor poder adquisitivo en Pachuca.
El lujoso complejo del funcionario y su familia incluye una cadena de restaurantes, un hospital privado, edificios de negocios y una escuela privada, la cual tiene las colegiaturas más elevadas de la capital hidalguense y a donde los políticos locales inscriben a sus hijos. Además, también poseen otras dos torres en la misma zona de la ciudad.
Esto fue revelado por la periodista durante un reportaje a pie de calle, en el cual los ciudadanos denunciaron la falta de mantenimiento de los puentes peatonales del Boulevard Colosio, responsabilidad de las administraciones priistas. Uno de ellos tiene un gran agujero en las escaleras, y se ubica frente a la Procuraduría Agraria, instancia que depende de Sedatu, secretaría que el propio Murillo Karam encabezó en 2015
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