Una detective de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) tuvo que pedir la protección directa de Rosa Icela Rodríguez -titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal (SSPC)- ante la falta de garantías por el acoso sufrido a manos de un alto funcionario de su dependencia.
Diversos medios de comunicación informaron sobre la petición de Karla Soraya Contreras, quien trabajó durante años en las investigaciones criminales de la FGJEM, quien fue víctima de acoso sexual por parte del director de esa misma área, Édgar Martínez Medina.
De acuerdo con el documento, la investigadora fue blanco de los acercamientos del funcionario; sin embargo, cuando rechazó las insinuaciones de este comenzó a ser víctima de una persecución al interior de la institución, que se saldó con su eventual despido.
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Mientras aún formaba parte de la Fiscalía, Contreras interpuso una serie de quejas en contra de Martínez, sin embargo, estas no fueron atendidas debido a que su acosador contaba con protección interna gracias su cargo. Una vez fuera, acudió ante instancias de defensa de derechos humanos y organizaciones civiles.
Debido a ello, comenzó a ser hostigada por elementos de la FGJEM, quienes no solo realizaban seguimientos constantes, sino que llegaron a amenazarla de muerte debido a sus denuncias contra el director de Investigaciones. El último de estos incidentes ocurrió el pasado 25 de mayo.
Por ello, responsabilizó a Martínez de cualquier cosa que pudiese ocurrirle a ella, a su madre y a su hijo. Ante la nula respuesta por parte de las autoridades para defenderla, decidió saltarse al fiscal general José Luis Cervantes y al gobernador Alfredo del Mazo para acudir directamente ante la responsable de la seguridad pública federal en busca de protección.
En su llamamiento, Contreras apeló al compromiso público de Rodríguez para defender los derechos de las mujeres agraviadas y pidió urgentemente que la secretaria se ponga en contacto para recibir su caso, ya que ha tenido que cambiarse de domicilio hasta en tres ocasiones a causa del hostigamiento constante.
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