Ante los problemas generados por Ticketmaster durante el concierto de Bad Bunny, otras empresas intentaron capitalizar el problema de relaciones públicas. Una de ellas fue Kavak, compañía de compra-venta de automóviles con varias denuncias en su haber.
Durante la noche del viernes comenzaron a llegar cientos de reportes de personas a las que, pese a adquirir sus boletos para la presentación del artista puertorriqueño a través de los canales oficiales, el personal de OCESA -socio de Ticketmaster en México- les impidió el acceso al evento.
A través de Instagram, una usuaria transmitió en vivo el abuso del que fue víctima -al igual que cientos de seguidores del ‘conejito malo’- llorando por perder la oportunidad de ver a su ídolo por culpa de la deficiente logística que, desde hace tiempo, caracteriza a Ticketmaster.
En la sección de comentarios, la cuenta de Kavak intentó aprovechar la situación para posicionar su marca, aunque no de la mejor manera, pues le ofrecieron una camiseta autografiada… de la Selección Mexicana, que cosechó su peor participación mundialista en más de 40 años.
Durante los últimos años, Kavak aparece como una de las principales empresas intermediarias para la compra y venta de vehículos. Sin embargo, durante los últimos meses numerosas denuncias por ofrecer un mal servicio y no cumplir con las condiciones básicas de operación mancharon fuertemente su imagen.
En el caso de Ticketmaster, enfrenta una crisis global de credibilidad por sus elevados costos, la constante sobreventa de boletos y el nulo servicio al cliente. En México, además, tiene el monopolio de la venta de boletos, la organización y las preventas, pues los hermanos Soberón Kuri -dueños de OCESA- son parte del Consejo de Administración de Banamex.
Con información de Ruido en la Red.
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