Un reportaje asegura que la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006 recibió al menos 2 millones de dólares de financiamiento por parte del Cártel de Sinaloa, según una investigación del gobierno de Estados Unidos.
Este martes, el portal ProPublica compartió los resultados de una investigación realizada por la Agencia de Control de Drogas (DEA) y el Departamento de Justicia entre 2010 y 2011, en la que testigos aseguran que Arturo Beltrán Leyva entregó entre 2 y 4 millones a personajes cercanos a la campaña del tabasqueño.
De acuerdo con la pieza del periodista Tim Golden -y difundida en México por figuras como Carlos Loret de Mola o Anabel Hernández-, el principal negociador por parte del grupo delincuencial fue Sergio Valdés Villarreal, alias ‘La Barbie’, el jefe de sicarios de los hermanos Beltrán Leyva.
Por parte de la campaña obradorista, participaron los empresarios Francisco León García -desaparecido en 2007- y Emilio Dipp Jones; así como Mauricio Soto Caballero, actual integrante del Congreso Nacional de Morena; y Nicolás ‘Nico’ Mollinedo, entonces chofer y hombre de confianza del hoy mandatario.
De acuerdo con los documentos, la primera reunión entre ambas partes ocurrió en Nayarit en 2005, designando a la fuente principal de la investigación como el encargado de entregar el dinero. Posteriormente, este entregó los fondos en varias reuniones con la gente de López Obrador en un domicilio de la colonia Polanco.
El informante también asegura que, durante un cierre de campaña organizado en Coahuila por León García, el aspirante presidencial llamó a ‘La Barbie’ para agradecerle por el apoyo económico.
Fuente de investigación, testigo ‘estrella’ en fabricación de delitos de Calderón
Uno de los aspectos más llamativos de la investigación retomada por ProPublica es que el informante principal de la DEA es Roberto López Nájera, quien trabajó como abogado para Valdés Villarreal y la célula de los Beltrán Leyva antes de su rompimiento con el Cártel de Sinaloa.
Luego de separarse de la organización delincuencial, el litigante se convirtió en testigo protegido, tanto de la DEA como del gobierno mexicano, participando con el nombre clave Jennifer en la Operación Limpieza, trama emprendida por el expresidente Felipe Calderón para fabricar delitos contra servidores públicos que denunciaron los nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico.
Algunos de los casos más emblemáticos fueron los del general Tomás Ángeles Dauahare y el comisionado Javier Herrera Valles, detenidos tras advertir al mandatario sobre los vínculos criminales de su colaborador, y en los que el testimonio de Jennifer fue clave para ambas aprehensiones.
Con información de ProPublica, Proceso y DW en Español.
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