Hace unos meses, el medio independiente El Soberano emitió un documental sobre cómo escaló la violencia en México durante el gobierno de Felipe Calderón, llamado Breve Historia del Calderonismo. En él, se abordaron temas como el tráfico de armas o los nexos entre funcionarios de seguridad y grupos criminales.
En diciembre pasado, cuando Genaro García Luna –secretario de Seguridad Pública en dicho periodo- fue detenido en Estados Unidos, el exmandatario se lavó las manos, asegurando que nunca tuvo información sobre los delitos imputados a su colaborador. Sin embargo, se sabe que fuentes al interior del gobierno le notificaron en varias ocasiones sobre las sospechas en contra del ‘súper policía’.
Uno de estos informantes fue Javier Herrera Valles, quien en aquel entonces se desempeñaba como comisario general de la Policía Federal. Tras denunciar las acciones sospechosas de García Luna, fue detenido arbitrariamente y encarcelado sin pruebas durante cuatro años, acusado –irónicamente- de narcotráfico.
Este domingo, El Soberano estrenó una entrevista exclusiva con Herrera, en la cual relata al analista español Abraham Mendieta sus experiencias durante la llamada ‘Guerra contra el Narcotráfico’, a la cual calificó de ‘simulación’ y de ser solamente una campaña mediática para levantar la imagen del mandatario.
El exfuncionario relata que no solo detectó fallas e irregularidades en la parte operativa de la estrategia de seguridad pública de dicho sexenio; sino que estas situaciones también se dieron en el sector administrativo. Desde su posición como coordinador regional, tuvo conocimiento de compras de equipo por adjudicación directa y otras anomalías.
Cuando se decidió a informar a Calderón sobre esta situación, buscó una forma de hacer llegar la denuncia evitando a García Luna, pues pensaba que el presidente no estaba al tanto. Sin embargo, su hermano, destacado en Tabasco, fue llamado por el coordinador general para revelarle el contenido de la carta, la cual tenía el sello de recibido de Presidencia.
Si el secretario particular del mandatario –César Nava- la recibió y selló y, aun así, terminó en manos de los mandos de las agencias de seguridad, esto solo podía significar que Calderón no solo sabía, sino que aprobaba las actividades de García Luna. A partir de este momento, comenzó la persecución en contra de Herrera Valles.
Tanto las instancias de procuración de justicia como los medios de comunicación colaboraron con el gobierno en la cacería que comenzó en su contra, la cual concluyó con su detención, sin ninguna orden de arresto y con lujo de violencia, por parte de sus propios compañeros de la Policía Federal.
También cuenta que, pocos días antes de su detención, fue contactado por la Embajada de Estados Unidos para compartir su información, lo cual confirmaría las declaraciones de la exembajadora Roberta Jacobson, quien aseguró que si ellos ya habían escuchado rumores sobre las andanzas de García Luna, el gobierno de Calderón –a quien señaló como parte del cártel- estaba enterado.
Con información de El Soberano.
Imagen: Proceso