Nicolas Sarkozy, expresidente de Francia, asegura que en la relación de poder entre Felipe Calderón y Genaro García Luna era el secretario de Seguridad Pública el que imponía su voluntad al exmandatario y no al revés.
En días pasados, el extitular del Ejecutivo galo publicó sus memorias Los Años de las Luchas, en el que relata sus experiencias en el cargo, incluyendo la crisis diplomática desatada entre ambos países por la detención de la ciudadana francesa Florence Cassez en 2005.
En el libro, Sarkozy asegura que, unos días antes de su visita a México en 2011, Calderón le envió una carta en la que manifestaba su apoyo a la propuesta de que la ciudadana francesa continuara su proceso penal -acababa de recibir una condena de 60 años por secuestro- en su país natal.
Esta cordialidad continuó durante el primer día de la gira, cuando los invitaron a una finca propiedad del banquero Roberto Hernández, hasta que, en la cena, se le ocurrió mencionar el nombre de Cassez, el cual desató una reacción violenta por parte del michoacano, quien cambió radicalmente su postura.
En un principio, Sarkozy desconocía las razones de esta nueva actitud, aunque sospechaba que había algo más. Posteriormente, conoció la relación entre ambos, destacando que el panista no tomaba decisiones sin su colaborador y que ‘era el ministro el que imponía su voluntad al presidente’.
Salmerón cuestiona credibilidad de Sarkozy
Sin embargo, personajes como el historiador Pedro Salmerón, ponen en tela de juicio el testimonio del expresidente francés, no por confiar en Calderón y García Luna, sino porque este representó las mismas tendencias conservadoras, racistas y xenófobas.
Hasta la fecha, el polémico académico considera que Florence Cassez e Israel Vallarta sí formaban parte de un grupo criminal, basado en los testimonios de las presuntas víctimas, pese a las numerosas investigaciones que mostraron una serie de irregularidades en las declaraciones de estas.
Con información de Sin Embargo.
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