Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, respondió a Serge Reynes, curador de la casa de subastas francesa Millon, quien justificó la venta de 30 piezas de arte precolombino extraído ilegalmente asegurando que cumplió con las leyes de su país y que ‘ilumina’ nuestro patrimonio.
En una entrevista para la agencia de noticias EFE, es especialista en arte americano, africano y de Oceanía aseguró que se respetó la legislación francesa en el evento que tuvo lugar el pasado 28 de enero. Además, minimizó el hecho de que se trate de bienes sustraídos ilegalmente de México asegurando que ‘son piezas chiquitas’.
Para él, el tamaño es suficiente motivo para considerar que no afectan al patrimonio de la nación y negó que las figuras fueran robadas; por el contrario, asegura que la venta de estas ‘ilumina’ los bienes culturales de nuestro país y promueve a México en el extranjero.
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Ante el descaro mostrado por Reynes, la historiadora y presidenta del Consejo Honorario de la Memoria Histórica y Cultural de México respondió que, aunque sea el trabajo y el negocio del curador, las piezas que puso a disposición de sus clientes fueron sacadas de nuestro país de manera ilícita.
Sobre la justificación de marchante de que el tamaño de los objetos no atenta contra el patrimonio cultural de la nación mexicana por ser ‘chiquitas’, señaló que, aunque para él este sea un factor insignificante, en Europa se le da mucha importancia a piezas como las reliquias que, en muchos casos, tan solo consisten en fragmentos de artefactos más grandes.
Pese a que el gobierno de México intentó utilizar todos los canales oficiales para hacerlos entrar en razón, Serge Reynes y Societé Millon llevaron a cabo la subasta de 381 piezas de arte ‘primitivo’, incluyendo las 30 piezas sustraídas de México, las cuales llegaron a alcanzar precios de hasta 5 mil euros.
Ahora, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) también busca impedir la realización de dos subastas más, que tendrán lugar esta semana: el 9 de febrero, en la casa Baeque et Associés y la segunda, dos días más tarde, por parte de Societé Binoche et Giquello. Gutiérrez Müller se ha unido a los reclamos.
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