Desde 2021, los hermanos Emma y Rafael López Juárez duermen en el interior de un Chevy porque la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) los vinculó falsamente con una investigación por desaparición.
Medios de comunicación como Manatí o Pié de Página publicaron la historia de ambos hermanos, académicos de profesión, cuyas vidas cambiaron drásticamente tras un operativo policiaco en el que violaron todos sus derechos, tanto procesales como constitucionales.
El 18 de septiembre de 2021, una veintena de agentes de la Fiscalía Especializada en Desapariciones de la FGE irrumpió en su domicilio, ubicado en la junta auxiliar Ignacio Zaragoza, ubicada al oriente de la Angelópolis, presuntamente investigando el caso de Erick y Juan Negrete.
Las irregularidades
Sin embargo, las autoridades cometieron varias irregularidades desde el inicio. La primera, que persiste hasta el día de hoy, es que los agentes del Ministerio Público nunca les mostraron la carpeta de investigación, un derecho fundamental en cualquier investigación.
En la solicitud para que juzgado autorizara la orden de cateo contra el domicilio de los hermanos López, la Fiscalía argumentó que buscaban indicios que confirmaran el paradero de los desaparecidos; sin embargo, dos semanas antes localizaron sus restos en el municipio de Izúcar de Matamoros.
A Rafael, quien se encontraba en el domicilio debido a que se contagió de COVID-19, lo detuvieron por presuntos delitos contra servidores públicos porque los agentes argumentaron que, como tenía dinero en su bolsillo y un machete en la casa, intentó sobornarlos y agredirlos.
Por dicha acusación permaneció en prisión durante 18 meses, hasta que Emma logró llevar el caso ante el fallecido exgobernador Luis Miguel Barbosa, cuya administración turnó el caso a la Defensoría Pública del estado, la cual comprobó que no existían pruebas de la acusación en su contra.
Vivir en un Chevy por omisiones de las autoridades
Los agentes ministeriales se niegan a devolver el hogar a los hermanos López bajo el argumento de que no es su propiedad porque su padre falleció intestado, según dijeron a Emma durante el cateo. Esta respondió que recibió el inmueble en donación de su padre, quien ya falleció.
Sin embargo, como la casa sigue asegurada no puede entrar para recuperar los documentos que acreditan la donación; así como los títulos académicos de ambos hermanos, motivo por el cual no pueden solicitar empleo, viéndose obligados a reunir materiales reciclables y a sostenerse con ayuda de los vecinos.
La única propiedad que la FGE no aseguró durante el cateo fue un automóvil modelo Chevy, en el que duermen desde que los despojaron de su hogar. Emma acusa los efectos de esta situación, pues asegura que se encogió desde que duerme en el asiento del conductor.
Además tanto la casa como el vehículo fueron víctimas de la inseguridad de la zona, pues ambos sufrieron saqueos. Pese a ello, ambos hermanos siguen peleando para recuperar su casa, aunque ahora sea sólo un cascarón vacío. Mientras tanto, la Fiscalía sigue sin concluir la investigación de los Negrete.
Con información de Manatí.
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