Este lunes, el presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Luis Niño de Rivera, aseguró que el país no se encuentra en recesión –contrario a lo publicado por el INEGI el mismo día-, sino en un estancamiento, debido a que la caída de las actividades económicas no es generalizada.
Durante una conferencia de prensa, el dirigente de la ABM buscó tranquilizar a la opinión pública tras el anuncio realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que anunció que hubo una ‘recesión técnica’ de la economía nacional durante los dos primeros trimestres de 2019; así como durante el último periodo de 2018.
Niño de Rivera explicó que no se puede hablar de una recesión debido a que existen algunos sectores de la economía que actualmente van muy bien, así como hay otros que van por debajo de las expectativas; y que la suma de todos los sectores en este momento da cero, por lo que el término adecuado para la actual situación es de estancamiento.
#Economía "Hay sectores de la economía que van muy bien y otros que no. Podemos hablar de un estancamiento y eso es correcto”, dijo Luis Niño de Rivera, presidente de la @AsocBancosMx https://t.co/d7AHA6yGL4
— El Universal Cartera (@Univ_Cartera) November 25, 2019
Para que se pueda hablar de estancamiento, continuó, tendría que darse una contracción prolongada de la economía que afecte a todos los sectores. También anunció que, ante la presentación del Plan Nacional de Desarrollo para 2020, la ABM prepara una propuesta de 600 mil millones de pesos para financiar los proyectos del Gobierno Federal.
La diferencia de opiniones entre el INEGI y el líder de los banqueros mexicanos refuerza las dudas que existen sobre lo que es una recesión técnica. La primera definición fue otorgada en 1919 por la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (NBER por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
De acuerdo con dicha institución, para que se presente una recesión técnica tiene que haber una caída significativa que afecte a todos los sectores de la economía, durante un periodo mínimo de seis meses. Posteriormente, se agregó a esta definición que estas condiciones tienen que mantenerse por al menos tres trimestres consecutivos.
Sin embargo, y tal como fue publicado el día de ayer por este medio, la propia NBER no ha sido constante en sus parámetros. Durante el primer mandato de George W. Bush hubo una caída en la actividad económica entre 2001 y 2002. Tras reajustar los datos, la institución decidió declarar una recesión a pesar de que estos no se ajustaban a su propia definición.
Con información de El Universal.
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