La desaparición de personas es un problema serio en México. Desde 1964 se ha perdido el rastro de más de 73 mil personas (la gran mayoría a partir de 2006); sin embargo, este no es el único drama relativo a este tema, ya que, durante este siglo, casi un millar de cadáveres se han esfumado sin dejar rastro.
De acuerdo con un artículo publicado en el portal de investigaciones periodísticas Emeequis, desde el año 2000 existe una discrepancia de 969 cuerpos humanos, los cuales se han extraviado en el cumplimiento de convenios celebrados entre las fiscalías estatales y las universidades públicas.
Según la nota, 19 de los 32 estados de la República permiten la donación de cadáveres a instituciones de educación pública con fines de investigación; no obstante, solo una de las entidades que permite este tipo de colaboraciones presenta coincidencias entre el número de cuerpos donados por las autoridades y el que reciben las universidades: Guanajuato.
Donación de cadáveres: al menos 969 están perdidos en México, revela una investigación de EMEEQUIS y @ConnectasOrg basada en testimonios y documentos oficiales. (Parte 1). #DesapariciónSilenciosa #VIDEO #MICROSITIO https://t.co/27Tf2rXDGB
— Emeequis (@emeequis) September 28, 2020
En los otros dieciocho existen inconsistencias en las cifras presentadas por ambas partes. En Veracruz, Guerrero, Tamaulipas y Querétaro, las fiscalías de plano rechazan haber entregado cadáveres, pese a que las universidades cuentan con registros que acreditan la recepción de los mismos.
En los catorce restantes, existen diferencias importantes en el número de restos humanos que están registrados, siendo el caso más dramático el de Nuevo León. Cotejando datos obtenidos vía transparencia, la Fiscalía estatal asentó la entrega de 60 cuerpos a la Universidad Autónoma de Nuevo León; mientras que la institución académica recibió 323 cuerpos, lo cual arroja una diferencia de 263 fallecidos que no aparecen.
Estados como Zacatecas no tienen la información ingresada en bases de datos, sino que la entrada de cada cadáver se asienta de manera escrita en libros de contabilidad; mientras que en entidades como Coahuila o San Luis Potosí se utilizan materiales químicos como el formol o el carbowax para preservar los restos, lo que imposibilita identificar a las personas, ya que estos alteran las cadenas de ADN.
Lo peor del caso es que la Ley Federal de Salud, la Ley General de Archivos, la FGR y el Código Penal Federal tienen lineamientos muy claros sobre la donación, manejo y registro de restos humanos, los cuales claramente no han sido cumplidos por los funcionarios a cargo, quienes han incurrido en graves faltas administrativas en el cumplimiento del servicio público.
Con información de Emeequis.
Gráfica: Emeequis.
Imagen: Meganoticias
