El estado de Chiapas es el estado más pobre del país, generando apenas el 1.7 por ciento del PIB nacional y cuya economía, en lugar de crecer, se ha encogido casi 3 por ciento en los últimos dos años. Las condiciones son tan difíciles para los habitantes del estado que incluso hay hospitales en los que los habitantes pagan con naranjas y café por sus medicamentos.
Uno de estos centros médicos es el Hospital San Carlos, el cual se encuentra ubicado en la localidad de Altamirano, cerca de Ocosingo; y atiende no solo a los pobladores indígenas de la región, sino de todo el sureste de Chiapas. Este hospital fue fundado en 1976 y no recibe ningún tipo de subsidio por parte del gobierno.
Este hospital se mantiene gracias a las donaciones de algunas empresas, lo que permite que siga en funcionamiento. Sin embargo, ni la infraestructura, ni los insumos médicos, ni el personal dan abasto para la abundante demanda, que está compuesta en su gran mayoría por indígenas tzotziles, tzetzales y ch’ol.
Indígenas pagan su atención médica con naranjas, café y maíz
Habitantes de las comunidades de Tzeltal, Tzotzil y Chol en el estado de Chiapas pagan su atención médica con naranjas, café y maíz.
Así lo publica Forbes, que señala, con base en datos del …https://t.co/Th7su09g6E pic.twitter.com/Fhcjq1u75z— Marquesina.mx (@marquesinap) August 29, 2018
Conscientes de la pobreza de la región, los doctores que laboran aquí dan atención médica gratuita a los indígenas de la región; sin embargo, no pueden dar las medicinas sin costo. Y dada la pobreza de los pacientes, a falta de dinero pagan con lo que producen; por lo que obtienen sus medicinas a cambio de granos de café y maíz, así como naranjas.
Otros retos que enfrenta este pequeño hospital son la falta de equipamiento para atender enfermedades como cáncer y diabetes; junto con los usos y costumbres locales, que en ocasiones impiden llevar a cabo diagnósticos y tratamientos. Además, está ubicado en una zona altamente sísmica, por lo que sus benefactores han tenido que invertir en la estructura del edificio.
Con información de Forbes México y Marquesina MX.