La activista Bita Aranda, quien contendió para concejala de la alcaldía Miguel Hidalgo durante el pasado proceso electoral, denunció la forma en la que fue utilizada y engañada por una de las responsables de comunicación de Movimiento Ciudadano (MC) para su beneficio personal.
A través de un hilo de Twitter, contó su experiencia durante el periodo de campañas, en el que conoció a una chica, de nombre Bárbara, quien juega un papel importante en la estrategia de comunicación del partido naranja a nivel nacional. Tras haber salido en varias ocasiones, esta le confesó que estaba en una relación abierta con otra persona al interior de la organización.
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Aranda señala que la pareja de Bárbara es una persona a la que admira mucho, por lo que decidió seguir explorando a donde la llevaba esta interacción, ya que es la primera vez que salía con otra mujer. A partir de este punto, comenzó a ser incluida en algunos de los principales espacios de MC para la campaña en la Ciudad de México, pese a que su candidatura no era tan importante.
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Sin embargo, a un mes de iniciar oficialmente la campaña le pidió que terminaran y mantuvieran una amistad; sin embargo, la asesora la presionó para que siguieran viéndose, por lo que decidió consultar a la pareja oficial de esta, quien le dijo que no llevaban una relación abierta y, por lo tanto, la había estado engañando con ella.
En aquel momento, Bárbara habría negado haber sostenido una relación con Bita por varios meses, asegurando que fue un encuentro casual y que esta última se había obsesionado y no sabía cómo detenerla. A partir de este punto, la aspirante a concejala dejó de asistir a reuniones y eventos del partido.
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De esta manera, perdió el contacto con personajes al interior de MC que ocupan posiciones de toma de decisiones, limitando sus opciones. Esto, sumado al golpe emocional que representó esta experiencia, y a detectar ciertos comportamientos al interior de la organización la llevaron a abandonar esta.
Aranda considera que el trato que recibió por parte de Bárbara podría ser considerado como violencia de género, puesto que utilizó su imagen –al incorporarla a spots y espacios públicos- para su beneficio personal y profesional y luego la aisló, quitándole un espacio de participación política.
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Además, el querer explorar por primera vez la pansexualidad como orientación la llevó a tener fuertes conflictos en el ámbito familiar, pues, al ‘salir del closet’ terminó la relación con su padre, pues este es integrante de la organización católica ultraconservadora Opus Dei.
En uno de los tuits, señaló que Bárbara trabaja para la agencia de comunicación Eu Zen, la cual está muy metida en la estrategia de comunicación de Movimiento Ciudadano, tanto a nivel nacional como para los gobiernos que sostienen, incluyendo al de Enrique Alfaro como gobernador de Jalisco.
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Junto con Indatcom –empresa parcialmente propiedad del gobierno jalisciense- y La Covacha, Eu Zen es una de las tres empresas con las que MC trabaja de manera exclusiva para diseñar sus estrategias de comunicación, tanto para la dirigencia nacional, como para imponerlas en los estados y municipios que gobiernan.
Pese a que el gobierno de Alfaro lo negó, en enero de 2020 firmó una serie de convenios, por más de 70 millones de pesos, con diversas empresas –incluidas las tres ya mencionadas- para diseñar su estrategia política para dicho año. De estos, Eu Zen recibió 17.7 millones para presentar diez estrategias y 30 campañas para ‘levantar’ la imagen del mandatario.
En abril de este año, se hizo público que Samuel García, entonces candidato a la gubernatura de Nuevo León, habría contratado a estas tres agencias, a través de empresas particulares suyas, para hacerse con los servicios de sus ‘granjas de bots’, las cuales también habrían sido utilizadas en favor de Alfaro durante las protestas de junio del año pasado.
Con información de Excélsior.
Imagen: ESPECIAL
