El paso del senador regiomontano Samuel García por la LXIV Legislatura no ha estado exento de polémicas. Esta semana, el legislador y su esposa, Mariana Rodríguez, fueron señalados por intentar comercializar cubrebocas y otros insumos médicos a través de una empresa fantasma relacionada con su familia.
Ante esta situación, la mujer de García Sepúlveda publicó una serie de historias en su cuenta de Instagram, en la que revela que, tras ser desenmascarado su intento por lucrar con estos productos en medio de la epidemia de coronavirus, donarán los cubrebocas al sector salud, en donde sí hacen falta.
Todo comenzó hace unos días, cuando Rodríguez Cantú comenzó a promocionar productos de uso médico a través de una tienda en línea llamada StaySafe. Sin embargo, al investigar acerca de esta empresa, resulta que –como bien notaron algunas cuentas de Twitter- su domicilio legal se encuentra en un edificio abandonado.
https://twitter.com/Megafono_Mx/status/1255620358872289280
Además, el enlace de contacto de StaySafe redirigía al contacto de otra empresa, llamada Berinais Designs, propiedad del suegro del senador García, es decir, del padre de Mariana. Tras darse a conocer esta información durante la tarde del jueves, la página de Instagram de la tienda fue dada de baja, al igual que los productos que anunciaba.
Después del escándalo, la esposa del legislador de Movimiento Ciudadano utilizó su cuenta en dicha red social para explicar que no estaba al tanto de la situación de los insumos, tanto a nivel ciudadanía como en el sector médico, por lo que ahora donará ‘de su bolsillo’ 500 de estas piezas a centros de salud.
Esta no es la primera polémica en la que Samuel García y Mariana Rodríguez se ven envueltos durante esta contingencia. El 27 de marzo, pocos días después de que el senador criticara las medidas adoptadas por el gobierno federal ante el brote de coronavirus, la pareja contrajo matrimonio en la Catedral de Monterrey, ignorando los protocolos de prevención ya establecidos.
En aquella ocasión, García Sepúlveda prometió donar alcohol y gel antibacterial para acallar el escándalo. Pocos días después de haber infringido las acciones preventivas, propuso penas de 3 a 5 años quienes incurran en la misma falta.
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