La extorsión telefónica es uno de los delitos más comunes en la actualidad. Todos los días, miles de personas reciben llamadas de presuntos familiares –usualmente hijos y hermanos- que han sido víctimas de la delincuencia organizada y cuyos captores demandan un pago para dejarlos en libertad.
La cotidianeidad de este ilícito ha provocado que cada vez menos personas caigan en la trampa; además de que cada vez hay más víctimas potenciales que no se guardan nada y descargan su molestia y su frustración con los perpetradores. El caso que presentamos a continuación es un ejemplo de esto.
Una usuaria de Twitter denunció que recibió una llamada de una chica que lloraba mientras gritaba ‘mamá, me tienen secuestrada’. Tras burlarse de la supuesta víctima, esta pasó el teléfono a su captor, quien, tras recibir una letanía de insultos y groserías, pidió respeto mientras realizaba un intento de extorsión.
Recibí la llamada de la tipa llorando y "mamá, me tienen secuestrada", le dije "hija, me alegro", me pasó al supuesto secuestrador, le dije todas las groserías que me sé (que son muchas) me pidió que lo tratara con respeto porque él había sido educado y mandó esto. Joya. pic.twitter.com/GcDUpt789G
— Disgrace Kelly (@DisgraceK) August 13, 2020
No conforme con esto, el delincuente se dio el lujo de enviar un mensaje de texto a su víctima para seguir reprochándole su actitud. Disfrazando el escrito como una supuesta disculpa, primero asegura que no es un criminal e, inmediatamente después, afirma que está a punto de recuperar su libertad.
Finalmente, tiene el descaro de decirle a una persona a la que intentó sacarle dinero mediante manipulación que su voz le proyecta la impresión de que no se encuentra bien emocionalmente. ¡Ahora resulta que uno ya no se puede enojar cuando es blanco de la delincuencia!
Imagen: Foro Jurídico