La negocación de emplazamiento a huelga del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) no se resolvió por un acuerdo con Pemex, sino porque Ricardo Aldana quiso retar la paraestatal y se doblegó cuando esta no cedió a sus demandas.
Este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el conflicto por la negociación del nuevo contrato colectivo entre ambas partes se resolvió ayer, eliminando la amenaza de un emplazamiento a huelga apenas unos días antes de concluir la segunda prórroga solicitada por la organización gremial.
Durante su conferencia de prensa, el mandatario agradeció la disposición de los líderes sindicales por la confianza en su administración, señalando que el conflicto ocurrió porque el STPRM quería un incremento salarial semejante al que recibieron los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad.
Sin embargo, fuentes al interior del propio sindicato y cercanas al proceso de negociación señalaron a The México News que el acuerdo entre las dos partes no fue tan amistoso como lo relató el Ejecutivo federal, sino que Pemex se puso firme y rechazó la presión ejercida por Aldana durante los últimos meses.
De acuerdo con esta información, los encargados de la negociación por parte de la empresa productiva del Estado ya ni siquiera recibían a los representantes sindicales: los tenían esperando todo el días, les ofrecían tres comidas diarias y al final argumentaban que no tenían tiempo para atenderlos.
La actitud retadora por parte de Pemex frente al STPRM fue tal que ya avisaron a los encargados gremiales que el último día les otorgarán el aumento del 4.2 por ciento que ofrecieron inicialmente y que, si no están conformes con él, pueden iniciar el paro de labores, situación ante la que Aldana ‘dobló las manos’, pues no planea iniciar la huelga.
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