La Fiscalía General de la Republica (FGR) emitió una nueva orden de arresto de naturaleza acumulativa contra Tomás Zerón, quien fuera uno de los investigadores de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014.
El delito por el que se requiere la detención del exdirector de la agencia de Investigación Criminal (AIC) es por tortura en agravio del presunto operador y sicario del grupo criminal de Guerreros Unidos, Felipe Rodríguez Salgado (El Cepillo), vinculado con la desaparición de los 43 normalistas.
#FGRInforma a través de la Unidad Especializada en Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa logró una nueva orden de aprehensión en contra de Tomás “Z”, la cual se acumulará a la que ya se encuentra en #Israel con Ficha Roja de #INTERPOL. pic.twitter.com/48w9Ee037G
— FGR México (@FGRMexico) April 27, 2021
La FGR detalló que durante un interrogatorio dirigido por Zerón en 2015, dentro de las instalaciones de la AFI, se torturo a El Cepillo para que declarara lo que se le estaba obligando, para poder justificar la denominada ‘verdad histórica’ de Murillo Karam. El acto fue videograbado y en el se escucha la voz del exfuncionario.
La FGR agregó que la orden de captura será enviada a las autoridades de Israel, país en donde Tomás Zerón fue detenido para ‘fortalecer el proceso de extradición’.
Además de los delitos de tortura y desaparición forzada, Zerón enfrenta cargos por el presunto desvío de mil 102 millones de pesos mediante tres contrataciones supuestamente ‘amañadas’ para la adquisición de equipo de espionaje, entre 2013 y 2014.
La narrativa que han ofrecido autoridades de la Cuarta Transformación sobre el caso Ayotzinapa apunta a que integrantes del Ejército mexicano participaron en los hechos de Iguala; es decir, que torturaron, asesinaron y desaparecieron a los normalistas.
La versión de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) sostiene los militares no sólo detuvieron a los normalistas aquel 26 de septiembre de 2014, sino que además un grupo de los estudiantes fue internado en las instalaciones del 27 Batallón del Ejército Mexicano, ubicado en Iguala, donde los jóvenes habrían sido sometidos a interrogatorios con torturas y después de eso entregados al Cartel de Guerreros Unidos, algunos de ellos ya muertos, para que los incineraran y desaparecieran.
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