Nuevos testimonios sobre la matanza ocurrida durante una posada en el municipio de Salvatierra revelaron que, en realidad, la Policía Estatal de Guanajuato no sólo no detuvo a los sicarios, sino que impidió la atención de las víctimas.
El semanario Proceso publicó un artículo en el que recogen los testimonios de varios testigos del incidente que dejó a once jóvenes fallecidos y otros catorce heridos, quienes señalan que las corporaciones estatal y municipal fueron los primeros cuerpos de seguridad pública que llegaron a la exhacienda de San José del Carmén.
Ante los primeros reportes, los familiares de los jóvenes llegaron cuando aún estaba en curso el ataque armado. Para ese momento ya había cuatro patrullas de la Policía Estatal y cinco de Salvatierra, con los uniformados equipados por completo, pero sin hacer ningún esfuerzo por ingresar a la hacienda y detener a los perpetradores.
La indicación de los elementos policiales fue que ingresaran una vez que el ataque acabara por ‘motivos de seguridad’ e incluso los amagaron con sus armas; sin embargo, no pudieron contener a los familiares, quienes ingresaron a oscuras para empezar a auxiliar a los heridos y sacar los cuerpos por su propia mano.
Mientras tanto, el gobernador Diego Sinhué Rodríguez Vallejo se mantiene al margen de la última matanza ocurrida en Guanajuato, limitando su agenda a eventos partidistas en los que lo arropan los integrantes del PAN, encuentros con artistas y evitando a la prensa local.
Pese a que durante su gestión -que data del gobierno de Miguel Márquez- Guanajuato se convirtió en la entidad más violenta de México, el fiscal Carlos Zamarripa no solo se mantiene en el cargo, sino que el Congreso lo ratificó hasta 2029.
con información de Proceso.
Imagen:
