Luis Carlos Ugalde, exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE, ahora INE) famoso por su papel en las polémicas elecciones presidenciales de 2006, no supo cómo reaccionar cuando le recordaron sus planes de aliarse a prominentes empresarios involucrados en dicho proceso.
Esto ocurrió durante una entrevista en el programa Los Periodistas, conducido por Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela. Ahí, el primero lo confrontó con un presunto plan que habría redactado justo antes de su salida del organismo electoral en 2007, en el que enumera una serie de proyectos que después escribiría en uno de sus libros.
Entre sus aliados al momento de salir se encontraban figuras como Leo Zuckerman, Jorge Castañeda, Rossana Fuentes Beraín o Grupo Prisa, todos vinculados a Televisa en algún punto. De igual forma, se menciona la creación de una fundación para realizar un Centro de Estudios Para el Avance de la Democracia.
En los planes de Ugalde, se encontraba sumar a su causa a figuras como el propio Castañeda –amigo personal suyo-, el expresidente Ernesto Zedillo y los empresarios Alberto Bailleres y Claudio X. González Laporte, junto con el hijo de este último, Claudio X. González Guajardo, fundador de Si por México y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Le mostré a @LCUgalde un documento suyo en que llamaba sus “aliados” a Claudio X. González Laporte, @ClaudioXGG y Alberto Bailleres, entre otros, para crear un centro de estudios tras dejar el IFE por el fraude de 2006. Esto respondió en #LosPeriodistas:
pic.twitter.com/DxEoPRSptN— Alvaro Delgado Gómez (@alvaro_delgado) January 14, 2021
Ante este cuestionamiento, el exconsejero electoral se mostró sorprendido, negando cualquier vínculo con el dueño de Kimberly Clark de México y su hijo, afirmando que no es su amigo, que esos eran planes que tenía hace quince años y que el solo se dedica a la consultoría y a dar clases.
Esto es de llamar la atención, debido a que todos los mencionados como probables aliados a su proyecto –excepto Zedillo- estuvieron implicados en la campaña de desprestigio cuyo fin era evitar que Andrés Manuel López Obrador llegara a la Presidencia de la República en 2006, elección que el propio Ugalde confirmó en favor de Felipe Calderón pese a los cuestionamientos sobre los resultados.
Otros personajes involucrados serían el empresario Manuel Arango (Aurrerá), Jaime Serra Puche (colaborador de Carlos Salinas de Gortari y del propio Zedillo), el diplomático Andrés Rozental Gutman -medio hermano de Jorge Castañeda- y el académico Carlos Elizondo.
Sin embargo, este no fue el único tema espinoso que Delgado y Páez trataron con el exconsejero electoral. Este también fue cuestionado sobre su relación con la exlideresa sindical Elba Esther Gordillo, quien habría impulsado su candidatura para presidir el IFE en 2003.
De nueva cuenta, Ugalde rechazó estar vinculado a la entonces secretaria general del SNTE, asegurando que solo ha coincidido con ella ‘cuatro veces’ en toda su vida; y que la primera vez que se conocieron fue en casa de María Elena Pérez Jaén, excomisionada del INAI y otra notable opositora a López Obrador.
Sobre su papel en el resultado de las elecciones presidenciales de 2006, asegura no cargar con ningún estigma por ser señalado como ‘operador del fraude electoral’ por un amplio sector de la población. Aseguró que el IFE realizó el recuento de más de 11 mil casillas –aunque se exigía un recuento total- y que no detectaron ninguna irregularidad; y afirmó que la narrativa del ‘fraude’ surgió por unas afirmaciones falsas que el tabasqueño realizó la noche de las elecciones.
Álvaro Delgado también cuestionó al exfuncionario sobre la campaña sucia emprendida por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en aquella ocasión. Ugalde se justificó afirmando que se ordenó el retiro inmediato de los anuncios pero que, a diferencia de ahora, entonces no existían mecanismos para sancionar ese tipo de acciones, por lo que los empresarios no sufrieron consecuencias.
Sobre los cuestionamientos sobre la intervención del presidente Vicente Fox en aquel momento respondió exactamente lo mismo: desde el inicio de la campaña se le pidió que dejara de intentar orientar el voto hacia su partido, pero no existían medidas para imponer sanciones, por lo que el mandatario siguió buscando influir en la opinión pública durante todo ese periodo.
Con información de La Octava.
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