A pesar de que la pandemia de COVID-19 ya registra más de 11 millones de casos y más de 600 mil muertes a nivel mundial, existen personas que consideran que esta enfermedad es ‘simplemente otro resfriado’ o que, de plano, es un invento de las autoridades o del ‘Nuevo Orden Mundial’.
Este es el caso de Ángel Spotorno, un hombre argentino de 74 años, quien se había convertido en un furioso activista en contra de las medidas de confinamiento por el coronavirus y quien falleció a causa de esta misma enfermedad el pasado 16 de junio en su departamento de Buenos Aires.
El occiso le encontró el gusto al activismo en las redes sociales. De acuerdo con una de sus primas, quien fue entrevistada por Infobae, Spotorno se convirtió en uno de los organizadores más activos de las protestas anticonfinamiento en la capital argentina. Manejaba varios grupos de Whatsapp y contaba con varios perfiles en Facebook.
Durante las protestas, se vinculó con varios líderes del partido derechista Propuesta Republicana (PRO), fundado por el expresidente Mauricio Macri, con el que compartía ideología política. Su prima –de nombre Marita Riera- afirmó que el fallecido afirmaba que el COVID-19 solo era una gripa y que era una imposición de los comunistas.
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A pesar de que ella encontraba divertida la postura de su familiar, su radicalización durante los últimos meses provocó algunos conflictos en el entorno. También aseguró que, de los 90 días que Spotorno vivió durante la cuarentena, probablemente pasó 85 de ellos en las calles, protestando por las medidas de prevención.
El hombre comenzó a sentir malestares desde el 10 de junio, por lo que acudió al hospital. Tras detectarle fiebre, le recetaron paracetamol y lo regresaron a su casa. Tres días más tarde ya presentaba mucosidades, pero los doctores pensaron que era una alergia y solo le recomendaron mejorar la ventilación de su hogar.
El 15 de junio, por la noche, estaba chateando con una de sus compañeras del partido cuando súbitamente dejó de responder a los mensajes. Su interlocutora informó a sus dos hijas, quienes se presentaron en el departamento y no obtuvieron respuesta. Finalmente pudieron ingresar, con ayuda de la Policía, para constatar que había fallecido.
Cinco días más tarde, el certificado de defunción comprobó que su fallecimiento se debió al COVID-19. Cuando se encontraba realizando activismo en las calles, sus familiares le reprochaban la situación de riesgo que enfrentaba, asegurando que no tenía necesidad de salir y exponerse.
Con información de Infobae.
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