Pese a los bajos índices de movilidad social que existen en México, está muy en boga la idea de que ‘echarle ganas’ y realizar el mayor esfuerzo posible va a redituar en que los emprendedores finalmente puedan acceder a mayores niveles de riqueza. Sin embargo, esto no solo no es cierto, sino que es una situación a nivel global.
De acuerdo con un estudio de 2016 realizado por el Instituto Peterson de Economía Internacional, solo el 13 por ciento de los empresarios mexicanos consiguieron convertirse en multimillonarios por mérito propio, mientras que el resto lo logró gracias a que ya contaban con dichos recursos o al tráfico de influencias.
Según dicho reporte, el 38 por ciento de los industriales de este país no consiguieron su capital por su propio esfuerzo, sino que heredaron sus fortunas de generaciones anteriores. El 25 por ciento logró hacerse de grandes cantidades de dinero gracias a sus conexiones con el mundo de la política, ya sea por relaciones personales o por concesiones gubernamentales para extraer recursos naturales.
Finalmente, quedan aquellos que accedieron a ingresos superiores gracias a la especulación financiera (13 por ciento) o a los sueldos autoasignados del sector privado que, en muchas ocasiones, no corresponden ni al esfuerzo ni a los méritos de sus ejecutivos (13 por ciento).
Sin embargo, esta es una tendencia que no solo se da en la mayoría de los países que se estudiaron en esta investigación, sino que existen casos aún más dramáticos, como el de Chile, en donde el 67 por ciento de los millonarios del país heredaron sus fortunas y solo el 8 por ciento pudo construirlas desde cero.
Alemania presenta un caso similar, pues el 65 por ciento más pudiente recibió su patrimonio de sus familias. Sin embargo, la corrupción y la especulación financiera no han sido tan redituables, ya que solo el 8 por ciento –combinado- han accedido a la riqueza de esta manera, mientras que el 25 por ciento fundó sus propias compañías.
Por otra parte, Japón es el país en el que el esfuerzo propio da los mayores dividendos, dado que el 63 por ciento de los multimillonarios nipones construyó su fortuna gracias a sus propias empresas, solo el 19 por ciento las heredó y el otro 18 por ciento lo logró gracias a hacer carrera en el mundo empresarial y financiero.
Estados Unidos presenta índices mucho más equilibrados, ya que el porcentaje de emprendedores, herederos y agentes financieros apenas varía en cinco puntos porcentuales (del 27 al 32 por ciento) y solo el 4 por ciento se hizo millonario gracias a la política.
Rusia, por el contrario, es el estado en el que la gran mayoría de las fortunas se construyeron gracias a los vínculos entre el poder político y la industria, pues el 64 por ciento de los ricos amasó su patrimonio de esta forma y el 22 por ciento gracias al mundo de las finanzas. Tan solo 11 por ciento de los millonarios rusos lo lograron a través de empresas propias.
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