Las denuncias

Gobierno de Salinas benefició a 24 familias mexicanas con la privatización de empresas

Durante su conferencia de prensa del 21 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador denunció que las políticas neoliberales solo sirvieron para enriquecer a un exclusivo grupo de empresarios. El mandatario calificó dicho proyecto como uno de ‘pillaje y saqueo’, en el cual imperó la corrupción en el sector público.

En aquella intervención, el tabasqueño afirmó que en 1988, al comienzo del gobierno de Carlos Salinas de Gortari solo había una familia mexicana en la lista de las mayores fortunas del mundo publicada por la revista Forbes; mientras que en 1994, al final del sexenio, ya eran 24 los empresarios que se convirtieron en multimillonarios.

El portal digital de noticias Sin Embargo se dio a la tarea de comprobar las aseveraciones de López Obrador y descubrió que, en efecto, el número de mexicanos que apareció en dicha publicación pasó de uno a 24 en apenas seis años, producto de la privatización de las empresas estatales.

Durante el periodo de Miguel de la Madrid Hurtado, el gobierno era propietario de mil 155 compañías, mientras que para comienzos de 1995 solo quedaban menos de 200. La liberalización del sector comercial, el proyecto de privatización y la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio fueron factores claves para que esto ocurriera.

En 1988, la única fortuna mexicana en la lista de Forbes era la de la familia Garza Sada de Monterrey, la cual contaba con un patrimonio de 3 mil 600 millones de dólares, producto de su emporio industrial: Adrián Sada aparecía como dueño de Grupo Vitro, Bernardo Garza Sada de Grupo Alfa y Eugenio Garza de la embotelladora FEMSA.

El mayor beneficiado en este periodo fue Carlos Slim Helú, quien adquirió Teléfonos de México (Telmex) en 1990. En tan solo dos años, el empresario de origen libanés triplicó su fortuna, pasando de 2 mil 100 millones (1992) a 6 mil 600 (1994). Según Forbes, Grupo Carso era propietario del 22 por ciento de las empresas que cotizaban en la Bolsa Mexicana de Valores en ese momento.

Completando el podio de los más favorecidos por el neoliberalismo se encontraban Emilio Azcárraga Milmo, dueño de Televisa, cuya fortuna ascendió a los 5 mil 400 millones de dólares; mientras que la familia Zambrano Treviño, dueños de Cementos Mexicanos (Cemex), alcanzaron los 3 mil 100 millones en 1994.

Alejo Peralta, dueño de Grupo IUSA, acumulaba 2 mil 500 millones de dólares gracias a Iusacell, Aurrerá –de Jerónimo Arango- llegó a 2 mil 200 millones. Las mineras Peñoles y Grupo México, propiedad de Alberto Bailleres González y Jorge Larrea Ortega, también se sumaron a esta lista, con fortunas de mil 900 y mil 100 millones de dólares, respectivamente.

Otras familias beneficiadas fueron los Aramburuzabala (Grupo Modelo), González Nova (Comercial Mexicana), Molina Sobrino (Gemex/Pepsi), Lozada Gómez (Grupo Gigante), Roberto Hernández (Banamex), los Servitje (Grupo Bimbo) y Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas); todos con más de mil 200 millones de dólares.

A finales de 1994 y comienzo de 1995, el número de multimillonarios mexicanos se incrementó en un 85 por ciento, mientras que la media mundial era del 15 por ciento. Mientras tanto, el país vivía una fuerte crisis económica, que dejó a miles de personas sin empleos, sin patrimonio y que arrastró a cientos al suicidio, debido a la naturaleza de las deudas que contrajeron.

Con información de Dossier Político.

Imagen: Sin Reservas

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