Este martes, el periodista Salvador García Soto reveló que la actriz y exprimera dama de México, Angélica Rivera, también conocida como La Gaviota, habría utilizado una empresa fachada para para facturar más de 500 millones de pesos del erario durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
García Soto indicó que a través de la empresa fachada creada por La Gaviota y su hermana, Adriana Rivera, recibió contratos millonarios para la organización de eventos del presidente, secretarios de estado y directores de organismos públicos.
En su columna para El Universal, García Soto aseguró que todos los pagos que recibía Actidea a cargo del erario federal terminaba en manos de las hermanas Rivera.
“A través de la empresa Actidea, S.A de C.V., especializada en la organización de eventos y que existía desde 2005, su hermana Adriana Rivera operaba para que los socios de esa compañía aparecieran como los contratistas y cobraran los pagos del erario federal que compartían con las hermanas Rivera”.
Actidea, propiedad de Eduardo Gama y de Alfredo Gatica, este último yerno del expresidente Carlos Salinas de Gortari, tuvo, mediante un acuerdo con Angélica Rivera, la exclusividad de los grandes eventos de la administración de Peña Nieto, de la cual recibió al menos 97 contratos por un monto de 500 millones de pesos, de los cuales 400 fueron sin una licitación de por medio.
“Actidea organizó desde las cinco ceremonias del Grito de Independencia que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto en su sexenio hasta la organización y logística de los eventos de la Presidencia, de la Secretaría de Hacienda, del SAT y de todas las secretarías y organismos federales, que le otorgaban, por instrucciones de Los Pinos, todos los contratos que tuvieran que ver con eventos y actos oficiales, la mayor parte de ellos sin licitación y por adjudicación directa”.
Carlos Federico analizó esta noticia en Conexión MX y señaló que desde los últimos dieciocho años cualquier dependencia federal tenía como último objetivo ‘sacar dinero del erario’.
“Tal parece que servir a la gente era lo de menos. Aquí el más machuchón y el más inteligente era el que se llevaba las grandes tarascadas de dinero. Hasta La Gaviota hacia sus negocios allá adentro. Yo creo sabía mucho, yo creo chantajeaba al presidente, ‘ya escuché, creo que necesito que compartas conmigo las grandes ganancias que están obteniendo ustedes’. Y para tener a todo el mundo callado, esto es decir, chayoteados. De esta manera todo mundo calladito”.
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