Las denuncias

Militar denuncia que Felipe Calderón ordenó secuestrar, torturar y asesinar civiles

Ceremonia conmemorativa del CII Aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. En la imagen Felipe Calderón Presidente de México y el Secretario de la Defensa el General Guillermo Galván Galván.. 20/11/12 Foto: Germán Canseco

De acuerdo con el testimonio de un militar de carrera –actualmente en prisión pero sin sentencia-, el presidente Felipe Calderón daba órdenes directas de secuestrar, torturar, asesinar y desaparecer civiles en Chihuahua a un grupo conocido como el ‘Escuadrón de la Muerte’.

Este testimonio fue recuperado por el periodista Óscar Balderas para la revista Emeequis en un reportaje publicado este jueves. En él, el mayor Alejandro Rodas Cobón narra su experiencia como parte de este grupo, encargado de realizar espectaculares operativos para validar la estrategia de seguridad emprendida por el exmandatario.

El oficial está detenido en la Prisión Militar número 5 –ubicada en Mazatlán, Sinaloa- desde 2008; sin embargo, ningún juez ha logrado acreditar los delitos que se le imputan. A pesar de ello, su proceso sigue estancado y la razón de ello –argumenta- es que existe complicidad entre la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el Poder Judicial de Chihuahua.

Tras el inicio de la ‘Guerra contra el Narcotráfico’, el mayor Rodas fue asignado a la Tercera Compañía de Infantería No Encuadrada, estacionada en Ojinaga, Chihuahua, para enfrentar la grave crisis de inseguridad y violencia que se vivía en dicho estado.

En aquel momento, dos organizacines criminales se disputaban el control de la entidad: el Cártel de Juárez y el Cártel de Sinaloa. Estas, a su vez, se valieron de hasta cinco grupos de sicarios, los cuales mantenían una competencia por demostrar quiénes eran los más sanguinarios; se trataba de La Línea, Barrio Azteca, Gente Nueva, Los Mexicles y los Artistas Asesinos.

Es en este contexto que ‘La Tercera’ entró en acción, como parte del Operativo Conjunto Chihuahua. Ahí, una sección –a cargo de Rodas- comenzó a recibir órdenes directamente de Calderón Hinojosa –en su faceta de Comandante en Jefe- a través de una cadena de mando que incluía al titular de la Sedena (Guillermo Galván Galván) y al general Felipe de Jesús Espitia Hernández, encargado de la operación.

Los militares comenzaron a recorrer el estado repartiendo números de denuncia anónima entre la población para delatar a los criminales. Sin embargo, este método resultó contraproducente, ya que los propios delincuentes lo utilizaron para eliminar a grupos rivales; además, hubo quien acusó a vecinos y conocidos que eran inocentes.

Sin embargo, la orden desde los niveles más altos era clara: abatir a los integrantes del crimen organizado. Rodas recuerda que los generales insistían en que contaban con el visto bueno del presidente, quien encabezaba la cadena de mando.

Durante 2007, el Escuadrón de la Muerte de ‘La Tercera’ realizó cateos, detenciones –muchas de ellas sin órdenes judiciales- e interrogatorios, en los cuales se golpeaba, torturaba y mutilaba a los sospechosos. Muchos de ellos no resistían el castigo; mientras que los que se negaban a cooperar. Incluyendo a muchos inocentes, eran asesinados y calcinados.

A lo largo de ese año, el mayor Rodas y los integrantes de su unidad operaron con total impunidad, sin que hubiera una sola queja por parte de organismos y agrupaciones de derechos humanos. Para el año siguiente Calderón ordenó el despliegue de 2 mil elementos en Chihuahua; sustituyendo a viejos mandos con su propia gente.

Sin embargo, nada cambió hasta el 25 de junio de 2009. Ese día, un teniente coronel de ‘La Tercera’ evitó un retén policial en Ojinaga. El militar hizo esto debido a que existían rumores de que la Policía local estaba en la nómina de los narcotraficantes; por lo que comenzó una persecución.

El elemento castrense condujo hasta un campo deportivo en donde se encontraban otros integrantes de su compañía. Esto desató un incidente que concluyó con uno de los militares apuntando un arma contra el alcalde César Carrasco Baeza, primo del entonces gobernador José Reyes Baeza.

Este se quejó ante la Sedena y amenazó con revelar la existencia del ‘Escuadrón de la Muerte’, por lo que dos meses después, el 26 de agosto, Rodas y otros 30 miembros de ‘La Tercera’ fueron acusados de formar parte de este grupo, señalado por su implicación en delitos como homicidios, tortura, secuestro, robo y encubrimiento.

El mayor fue trasladado a la Ciudad de México para simular que su juicio inició ahí y, un día después, fue enviado a Ojinaga, en donde sufrió el mismo destino que todas las víctimas afectadas bajo la anuencia de Calderón. Tras varios meses de tortura, fue enviado a la Prisión Militar de Mazatlán, en donde se mantiene hasta el día de hoy, sin que haya una sentencia de por medio.

Rodas asegura que esta fue una estrategia para encubrir a la cadena de mando y, por lo tanto, al propio mandatario, utilizando a oficiales de menor rango como chivos expiatorios. Posteriormente, se comprobó que dos de las declaraciones en su contra fueron obtenidas bajo tortura; además, cuenta con un peritaje que demuestra que los restos usados como evidencia no eran de seres humanos, sino de mamíferos de tamaño medio a grande.

Pese a todas estas pruebas, ningún juzgado ha desahogado el proceso en su contra y asegura que esto se debe a que la Sedena se encuentra en contubernio con el Poder Judicial del estado para mantenerlo en prisión preventiva. Sin embargo, continúa luchando para recuperar su libertad.

Con información de Emeequis.

Imagen: Proceso

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