Este jueves, el Congreso de la Unión anunció que se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la creación de la Fiscalía General de la República. Eso significa que, oficialmente, dejó de existir su antecesora, la polémica Procuraduría General de la República (PGR).
El decreto a través del cual se determinó el nacimiento de la Fiscalía establece que todos los recursos humanos, materiales y económicos con los que contaba la PGR pasarán a formar parte de la nueva dependencia; la cual, a su vez, está obligada a continuar con todas las investigaciones y procesos que dejó pendientes el órgano que la precedió.
Esto deja en una situación delicada a la Fiscalía, ya que también heredará los problemas que provocaron que la propia PGR se viera rebasada por la situación del país, convirtiéndola en una de las instancias de gobierno menos efectivas durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
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Durante esas dos administraciones, el número de elementos con el que la Procuraduría contaba para realizar las investigaciones se redujo prácticamente a la mitad. En 2006, había más de 8 mil policías ministeriales, mientras que ahora cuenta con solo 4 mil agentes, lo cual ha entorpecido la labor de la dependencia de forma alarmante.
La Fiscalía General, cuyo nuevo titular debe surgir de una lista de 10 candidatos elaborada por el Senado, también heredará 55 mil casos pendientes, entre los que se encuentran algunos de los más sonados de los últimos años: Ayotzinapa, Tlatlaya, Odebrecht, La Estafa Maestra y los procesos contra exgobernadores son algunas de las polémicas que dejará la PGR.
Finalmente, la nueva dependencia enfrentará un recorte presupuestal del 9 por ciento, lo cual hará aún más difícil la tarea que le dejan dos administraciones en donde la impunidad y la falta de efectividad han sido claves en la crisis social que enfrenta el país.
Con información de Animal Político y Sin Embargo.
