Una de las mayores acusaciones contra el Campeonato del Mundo de futbol organizado en Qatar fue la de la corrupción para asegurar la sede. Sin embargo, estas trascendieron al organismo rector del balompie, alcanzando instancias como el Parlamento Europeo, conocido como el ‘Qatargate’.
En pleno torneo, en Europa estalló el escándalo en el que varios políticos -originarios de la región mediterránea- presuntamente recibieron sobornos a cambio de defender públicamente la imagen de la pequeña nación pérsica, así como los de otros estados árabes, como Marruecos.
La funcionaria de mayor nivel involucrada en el escándalo es la eurodiputada griega Eva Kaili, integrante del PASOK -el mayor partido izquerdista de su país- y quien, hasta hace unos días, fungía como vicepresidenta del Parlamento Europeo.
Junto con Kaili, también fueron detenidos su pareja, el italiano Francesco Giorgi y el eurodiputado socialista Pier Antonio Panzieri. Giorgi, quien era asistente de este último, confesó a las autoridades que formaba parte de una organización criminal, la cual encabezaba su antiguo jefe.
De acuerdo con las investigaciones, la comunicadora y legisladora de 44 años, recibió dinero en efectivo y otros regalos a cambio de promover una imagen positiva sobre Qatar, lo que explicaría sus controvertidas posturas sobre los derechos humanos en aquel país pese a las numerosas evidencias de abusos laborales.
Junto con los señalados, las autoridades también capturaron a Alexandros Kailis -padre de Eva-, el sindicalista italiano Luca Visentini y otro asesor legislativo no identificado. Tanto Panzieri como Kailis contaban con grandes sumas de dinero en efectivo en el momento de sus respectivos arrestos, aunque el segundo pudo recuperar su libertad.
Con información de Público.
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