Luis Inácio Lula da Silva es presidente de Brasil por segunda ocasión, tras imponerse por un estrecho margen en la segunda vuelta electoral celebrada este domingo. Su contrincante, el actual mandatario Jair Bolsonaro, sigue sin pronunciarse sobre el resultado de la contienda.
Luego de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) brasileño terminó de contar los votos, el líder del Partido de los Trabajadores -quien ya ocupó el cargo entre 2003 y 2010- se impuso con el 50.9 por ciento de las preferencias, contra 49.1 del exmilitar y representante del conservador Partido Liberal.
Sin embargo, lo que más llama la atención sobre los comicios no es el estrecho margen conseguido por el candidato izquierdista, sino el silenció sepulcral de Bolsonaro una vez que el resultado se concretó, pues, contrario a su postura habitual, no manifestó su sentir a través de las redes sociales.
Tampoco realizó ningún anuncio oficial para reconocer o rechazar el resultado de las elecciones. De acuerdo con los primeros reportes, luego de que el TSE lo llamó para notificarle su derrota, se encerró en el Palacio de Alvorada y no salió hasta hoy por la mañana, cuando se trasladó a su oficina.
No fue sino hasta la tarde del lunes en que una persona de su círculo más cercano emitió alguna declaración. Se trató de su hijo Flavio, quien agradeció a sus seguidores por el apoyo y las oraciones a favor de la campaña, asegurando que ‘levantarán la cabeza’, aunque tampoco aceptó o rechazó los resultados.
Durante la campaña, el líder derechista emprendió una campaña en contra del tribunal, asegurando que este orquestaba un ‘fraude electoral’ para impedir su reelección, anticipando ya una probable derrota contra Lula, quien cuenta con un apoyo masivo entre los sectores más desfavorecidos de la sociedad brasileña.
Con información de El País.
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