A menos de dos meses de las elecciones presidenciales, este miércoles arrancaron de manera oficial las campañas en Brasil, en donde el candidato socialista Luiz Inácio Lula da Silva maneja una cómoda ventaja en las preferencias sobre el actual gobernante, Jair Bolsonaro.
A partir de la medianoche, los aspirantes a la máxima magistratura del país sudamericano tuvieron autorización para lanzar mensajes por redes sociales, mientras que las campañas en medios de difusión masivos -televisión, radio- comenzarán hasta dentro de diez días.
En su mensaje inaugural, Lula apeló a su primer mandato como presidente (2003-2010), asegurando que su campaña es ‘la esperanza de un Brasil feliz, de nuevo’ y destacando las precarias condiciones económicas en el país, pues la inflación asusta a sus compatriotas y el salario mínimo no alcanza para adquirir la canasta básica.
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De acuerdo con las últimas encuestas, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) encabeza la carrera presidencial, con el 45 por ciento de las preferencias, quince puntos de ventaja sobre su más cercano perseguidor, Bolsonaro, quien registra 30 puntos porcentuales.
Las elecciones primarias se celebrarán el próximo 2 de octubre, mientras que una eventual segunda vuelta se llevaría a cabo el día 30 del mismo mes. Para evitar este escenario, el ganador de la primera ronda debe ganar con más del 50 por ciento de los votos totales.
El papel de Lula
Tras recuperar sus derechos políticos, el exdirigente sindical de 76 años se presenta como la gran opción de terminar con el mandato de Bolsonaro, el cual ha enfrentado numerosas críticas por su negacionismo en cuestiones como el cambio climático o la pandemia y sus constantes escándalos.
Durante los ocho años que duró su primer encargo, Da Silva consiguió afiliar a más de 50 millones de personas a los principales programas sociales de su administración, sacando de la miseria a 30 millones de personas y convirtiendo a Brasil en la sexta economía mundial pese a la crisis económica de 2008.
Todos estos logros le han otorgado una enorme popularidad; sin embargo, se vio afectado por los numerosos escándalos de corrupción en los que estuvo involucrado su partido, siendo implicado en la investigación del caso Lava Jato y encarcelado en 2017 por presuntos actos de ‘corrupción pasiva’.
#INFOGRAFÍA Con los perfiles del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, principales candidatos en la campaña más polarizada en décadas #AFP pic.twitter.com/oib563XJcN
— Agence France-Presse (@AFPespanol) August 16, 2022
Esto le impidió presentarse en las elecciones de 2018, lo cual facilitó la victoria de Bolsonaro, quien premió a Sergio Moro, juez encargado de la investigación de Lava Jato, al nombrarlo ministro de Justicia, lo cual acrecentó las denuncias -dentro y fuera del país- de que se trató de un proceso parcializado con una intención política.
Lula consiguió su liberación en noviembre de 2019 y en marzo de 2021 la Corte Suprema anuló todas las sentencias dictadas en su contra, precisamente por considerar que Moro no era competente para conocer estas causas, con lo que recuperó sus derechos políticos y se convirtió inmediatamente en ‘presidenciable’.
Con información de DW en Español.
Imagen: Uno Más Uno
