El presidente de Argentina, Alberto Fernández, dio a conocer que dio positivo a COVID-19 tras realizarse una prueba de antígenos, a pesar de que ya había sido inoculado con las dos dosis de la vacuna Sputnik V, desarrollada por el Instituto Gamaleya de Moscú.
A través de su cuenta de Twitter, el mandatario rioplatense informó que decidió realizarse un estudio tras presentar una fiebre de 37.3 grados y algunos síntomas relacionados a dicha enfermedad, como dolor de cabeza, los cuales resultaron positivos; por lo que ahora se encuentra esperando la confirmación de la prueba PCR.
Fernández señaló que ya se encuentra aislado, cumpliendo los protocolos sanitarios y siguiendo las indicaciones de su médico; además, ya se puso en contacto con todas las personas con las que tuvo contacto cercano durante las últimas 48 horas para que estas también implementen las recomendaciones compartidas por las autoridades sanitarias.
Quería contarles que al terminar el día de hoy, luego de presentar un registro de fiebre de 37.3 y un leve dolor de cabeza, me realice un test de antígeno cuyo resultado fue positivo.
— Alberto Fernández (@alferdez) April 3, 2021
El titular de Ejecutivo argentino cumplió 62 años este viernes, por lo que reconoció que no fue la forma ideal de terminar su aniversario; sin embargo, aseguró sentirse bien, tanto física como anímicamente, y agradeció las muestras de apoyo que ha recibido, entre las que se incluyen las del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Fuentes oficiales revelaron que Fernández había sido inoculado con la vacuna Sputnik V a comienzos del año, recibiendo ambas dosis entre el 21 de enero y el 11 de febrero, por lo que resulta llamativo que, eventualmente, se haya contagiado del virus después de completar su esquema de vacunación.
Sin embargo, las autoridades sanitarias a nivel internacional ya habían advertido que la vacuna podría no evitar que se sigan produciendo contagios. Tan solo el pasado 23 de marzo, el subsecretario Hugo López-Gatell mencionó –por enésima vez- que no estaba comprobado que la inmunización previniera los contagios.
Otro ejemplo es el de Chile, el país con el esquema de vacunación más avanzado de América Latina, el cual ya logró administrar más de 10 millones de vacunas COVID-19 para una población de 18 millones de habitantes, está enfrentando una situación crítica ante el repunte de los contagios durante las últimas semanas.
El virus azota a Chile. Hospitales colapsan. Un 83% de la población es confinada. Cierran fronterashttps://t.co/lsMnRLeiFJ pic.twitter.com/MXT5UCQJv7
— SinEmbargo (@SinEmbargoMX) April 3, 2021
Tas romper -en varias ocasiones- su récord de nuevos casos diarios y que la ocupación de camas de terapia intensiva alcanzó el 96 por ciento a nivel nacional, las autoridades chilenas tomaron la determinación de imponer un nuevo confinamiento que afectará al 83 por ciento de la población, pese a que el 35 por ciento de esta ya ha recibido al menos una dosis.
Además, se ordenó el cierre de fronteras y se está discutiendo el aplazamiento de las elecciones del 11 de abril para el 16 mayo. Analistas internacionales han señalado que el triunfalismo del gobierno por el éxito de la campaña de vacunación puede ser un factor a considerar, debido a que se relajaron considerablemente las medidas para las vacaciones de verano.
Con información de Excélsior, Milenio y Sin Embargo.
Imagen: Perfil
