El lunes pasado, el periodista Jesús Esquivel, corresponsal en Washington de la revista Proceso, responsabilizó al expresidente panista Felipe Calderón Hinojosa de la narcoviolencia que se vive actualmente.
El periodista hizo referencia a lo ocurrido el fin de semana en Celaya, Guanajuato, y en otros municipios aledaños, cuando un operativo capturó a 26 integrantes del Cartel de Santa Rosa de Lima, liderado por José Antonio Yépez, El Marro.
“Hay que destacar que esta situación es insostenible y la osadía, incluso, de hacerse un video para retar al Estado mexicano y decir que está dispuesto a hacer alianzas con otros grupos criminales de mayor poder es lamentable”.
No obstante, Jesús Esquivel llamó a su audiencia a ‘pensar en lo orígenes de esta descomposición social’ y, sobre este tema, dijo que aunque siempre ha existido el trasiego ilegal de drogas, los grupos criminales no se metían con la población, situación que cambió durante la administración de Calderón.
“¿Qué hizo Felipe Calderón? Para tratar de quedar bien con una iniciativa en Washington militarizó el combate al trasiego de drogas y puso en disputa a los carteles por el control de las rutas del movimientos de los estupefacientes”.
Agregó que fue en el sexenio de Calderón donde nos ‘acostumbraron a los muertos’ y donde nos enseñaron a usar adjetivos como encajuelados, pozoleros, encobijados, decapitados, entre otros.
En el mismo sentido, Jesús Esquivel subrayó que el poder de los carteles de la droga tiene como fundamento las poderosas armas de fuego que tienen en su poder, las cuales entraron ilegalmente al país desde Estados Unidos con el conocimiento de Felipe Calderón.
El periodista de Proceso presentó un documento clasificado como ‘sensible‘ que constata que el Buró de Alcohol, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos sabía el tipo y número de armas y municiones contrabandeadas, así como quién las había adquirido legalmente allá para revenderlas en el mercado negro.
“Incluso, si las compraban las personas en Estados Unidos de qué edad, de qué marca y, además, identificando el número de armas recuperadas en México, a quienes se reconoció a sus compradores y otros no, hasta la raza. La gran mayoría de las armas que se traficaron las compraron anglosajones o blancos” [sic].
En una de las páginas del documento que exhibió Jesús Esquivel en su canal de YouTube se establece que la Secretaría Técnica del Consejo de Seguridad Nacional (Stcsn), creada en el sexenio de Calderón, presentó al Gobierno estadounidense las confiscaciones relevantes de armas en México de 2007 a 2008 y sus rutas de trasiego.
De acuerdo con el periodista, fueron 6 mil 554 pistolas, 7 mil 581 rifles de asalto, casi un millón 400 mil municiones y 863 tipos de granadas.
“La gran responsabilidad ahorita del presidente Andrés Manuel López Obrador es tratar de contener esto que se ha desbordado. Que simples narcotraficantes por tener tantísimas armas y dinero que les deja el tráfico de drogas y la diversificación de sus actividades en otros negocios ilícitos les permita no solo intimidar a toda una ciudad y a todo un pueblo, sino al Gobierno Federal”.
Los responsables de las infructuosas y polémicas estrategias denominadas Rápido y Furioso, Wide Receiver y Gunrunner fueron elementos de la oficina regional en Phoenix, Arizona, del ATF.
Aquí puedes ver el reporte de Jesús Esquivel completo:
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